Desde el inicio del conflicto, el organismo estableció los canales de contacto y asistencia permanente a través de los siete voluntarios que viajaron hasta allí. En los próximos días llegará a ese país un cargamento de frazadas, botiquines y catres, donado por la comunidad ucraniana en Argentina.
El director de la misión de Cascos Blancos en la frontera de Polonia con Ucrania, Esteban Chala, afirmó que Argentina “sin dudas tiene un Estado presente” y, junto a los otros seis voluntarios que lo acompañan, coincidió en que es una “tarea fundamental” representar al país en este contexto.
“Somos todos asistentes humanitarios, y para nosotros es una tarea fundamental poder colaborar y representar a nuestro país que, sin dudas, tiene un Estado presente para todos sus ciudadanos en el lugar que se lo necesita. Acá uno siente que se pone la remera de Cascos Blancos y sale la Selección Argentina para dejar la bandera bien en alto con su trabajo”, afirmó Chala .
Cabe señalar que desde el inicio del conflicto bélico Cascos Blancos estableció los canales de contacto y asistencia permanente con sus ciudadanos, por lo que, con el objetivo de ayudar en la tramitación documental, brindar contención psicológica y facilitar los medios logísticos para su desplazamiento, siete voluntarios se encuentran realizando tareas de acompañamiento para los argentinos y civiles de los demás países que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Chala destacó el acompañamiento que recibió su equipo por parte del ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Santiago Cafiero, y de la presidenta de la Comisión de Cascos Blancos, Sabina Frederic, quienes “pusieron los recursos y medios para ayudar a nuestros compatriotas”.
En tanto, el Gobierno argentino enviará la próxima ayuda humanitaria que fue donada por la comunidad ucraniana en Argentina, y que consiste en frazadas, botiquines y catres para asistir la situación, y que será recibida por los Cascos Blancos. Chala reseñó que en esa región de Europa hace “muchísimo frío” e incluso llega a nevar.
Allí, millones de ucranianos se acercan en busca de refugio y escapando de los bombardeos y la guerra. Hay quienes sienten “que no van a poder volver más a su casa”, mientras otros esperan en los centros de acogida del gobierno de Polonia “que la situación mejore para volver a sus hogares”, añadió.
“También hay otros que ya perdieron todo directamente y se fueron enterando porque alguien les dijo. Hubo un caso que estaba viendo el noticiero cuando se dio cuenta de que grababan en su casa y que había explotado. Además, hay muchas mujeres con chicos, pero los niños son los que mejor lo llevan de cierta forma porque, sencillamente, viven en el momento, mientras que los adultos no pueden evitar pensar que han perdido todo, sus sueños y proyectos”, relató.