El ministro boliviano murió por los golpes recibidos

“Hubo un grave maltrato a Illanes”, confirmaron los forenses al constatar la muerte por derrame cerebral del funcionario, quien fue asesinado por mineros. Evo Morales habló de “conspiración política”

La conmoción en Bolivia es total, luego de que se confirmara en la madrugada de ayer que el viceministro boliviano de Interior, Rodolfo Illanes, murió por un derrame cerebral, causado por los golpes que le propinaron los cooperativistas mineros que lo secuestraron durante horas en uno de los cortes de ruta que mantienen paralizado al país.

Un informe forense confirmó que la muerte del funcionario se debió a los golpes que le propinaron “con saña”, sobre todo en la cabeza y el tórax.

“Se ha podido notar una serie de equimosis múltiples, es decir (que hubo) agresión física múltiple, agresión en la cabeza y el tórax. Incluso hubo un derrame cerebral y costillas fracturadas”, señaló el fiscal del distrito paceño. Y amplió: “Hubo un grave maltrato a Illanes”.

El cadáver del viceministro fue recuperado en una carretera de la localidad de Panduro, a 180 kilómetros de La Paz, y trasladado a la capital para iniciar una autopsia.

Illanes había viajado al corte de Panduro, en representación oficial, para abrir un espacio de diálogo con los manifestantes de las cooperativas mineras que bloqueaban, desde el martes, las principales carreteras bolivianas. Los mineros rechazan la norma porque estimula la formación de sindicatos en las cooperativas, lo cual consideran perjudicial para el funcionamiento de ese tipo de organizaciones.

Antes del hecho, luego de retener al funcionario, el presidente de la Cooperativa 20 de Octubre de Potosí había advertido que tomarían represalias contra Illanes si la represión policial provocaba la muerte de otro obrero, lo que sucedió y desencadenó la “venganza” de los trabajadores.

“Héroe nacional”

Visiblemente conmocionado por el hecho, el presidente Evo Morales calificó a Illanes de “héroe defensor de los recursos naturales”, denunció una permanente “conspiración” impulsada por ese sector minero y decretó tres días de duelo nacional.

No obstante, aseguró que el diálogo siempre estuvo abierto y negó haber dado instrucciones a la Policía para portar armas letales y trasladarse a los puntos de bloqueo con el objetivo de despejar las rutas. Por eso, luego calificó como “sospechosas” las muertes de los mineros que desencadenaron la represalia contra Illanes.