El Vaticano blindó la Capilla Sixtina para el cónclave
Se desplegó un enorme operativo de seguridad de cara al 7 de mayo, fecha para el inicio de la elección del nuevo Papa.
Inhibidores de señal, cámaras con inteligencia artificial y vidrios opacos son parte del dispositivo que desplegó en las últimas horas el Vaticano, en lo que será el mayor operativo tecnológico de su historia con el objetivo de garantizar la confidencialidad del cónclave que comenzará el 7 de mayo. Nada puede filtrarse.
En un mundo hiperconectado, las medidas de seguridad se han redefinido. Lo que ocurra dentro del cónclave debe permanecer, literalmente, sellado.
La Santa Sede efectuó un arsenal de herramientas propias. En primer lugar, los inhibidores de señal: dispositivos que bloquean toda posibilidad de conexión inalámbrica. Ni Wi-Fi, ni Bluetooth, ni 4G, ni 5G.
A eso se suman los vidrios opacos en todas las ventanas que rodean el área y por dentro, más de 650 cámaras de seguridad vigilan cada rincón.
Según detalló Corriere Della Sera, técnicos especializados trabajaron arduamente para convertir el histórico recinto en una zona hermética desde el punto de vista informático.
Los ventanales de la Capilla Sixtina fueron recubiertos con láminas tecnológicas que actúan como barrera frente a intentos de vigilancia aérea o láseres espía. Esta tecnología evita tanto la captura visual como auditiva desde el exterior mediante drones o sensores ópticos de largo alcance.
El cónclave arrancará oficialmente el miércoles 7 de mayo. Ese día, a las 10 de la mañana, se celebrará la misa “Pro eligendo Pontifice” en la basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re.
En tanto, por la tarde, a las 16:30, los 133 cardenales electores ingresarán en procesión a la Capilla Sixtina. Lo harán en silencio, con sus mantos rojos, precedidos por el canto del Veni Creator Spiritus. Uno a uno, jurarán guardar secreto absoluto sobre todo lo que ocurra en ese recinto. Después, vendrá el “Extra omnes” y las puertas se cerrarán.
Y afuera, precisamente, volverá a reunirse la multitud para poder observar el minúsculo techo de la Capilla, esperando que de la chimenea salga humo negro o blanco.
Se espera la llegada de 133 purpurados. Los cardenales proceden de 71 países. En la última elección papal, en 2013, participaron 48 países, mientras que, en la elección anterior, en 2005, fueron 52 países.