Los legisladores del país norteamericano expresaron ayer un
“profundo pesar por la contribución de Estados Unidos en la desestabilización de las instituciones políticas de Chile”.
Congresistas estadounidenses presentaron ayer una resolución que pide disculpas por “la contribución” de Estados Unidos en el golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile hace 50 años e insta a las autoridades a desclasificar más documentos sobre lo ocurrido, un día antes de la visita prevista por el líder chileno, Gabriel Boric, a Washington.
En la declaración, los legisladores expresan un “profundo pesar por la contribución de Estados Unidos en la desestabilización de las instituciones políticas de Chile y el proceso constitucional”. También por haber contribuido “a la consolidación de la dictadura militar represiva del general Pinochet”, se establece en el texto, en la víspera de que Boric llegue a Washington tras haber asistido en Nueva York a la Asamblea General de la ONU.
Las Fuerzas Armadas chilenas, lideradas por Pinochet y con el apoyo de Estados Unidos en un contexto de Guerra Fría contra la influencia soviética, derrocaron a Salvador Allende (1970-1973) cuando se disponía a convocar un plebiscito en un intento por salir de la aguda crisis política y económica que vivía el país, tras mil días en el poder.
A pedido de Chile, el Departamento de Estado estadounidense desclasificó en las últimas semanas fragmentos de dos documentos de 1973 que demuestran que el expresidente Richard Nixon estaba al tanto de los planes militares para derrocar a Allende. Los legisladores estiman, en la declaración impulsada por el congresista independiente Bernie Sanders y los demócratas Tim Kaine, Alexandria Ocasio-Cortez, Joaquín Castro y Greg Casar, que el presidente Joe Biden debe dar un paso más.
“La plena rendición de cuentas” requiere que se publiquen y desclasifiquen “los archivos restantes de Estados Unidos relacionados con los hechos de antes, durante y después del golpe militar”, precisaron en el texto. Según archivos desclasificados, Nixon ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) “hacer que la economía grite” y bloquear de forma encubierta la toma de posesión de Allende.
Bajo la supervisión del asesor de Seguridad Nacional y posteriormente secretario de Estado, Henry Kissinger, la CIA se esforzó por fomentar un “clima golpista” y “crear las mejores condiciones posibles” para aupar a los militares al poder.