La ciudad noruega abandonada que es controlada por Rusia

Se trata de una localidad minera en el Ártico noruego, llamada Pyramiden. Para el Kremlin es una prioridad estratégica. No hay más habitantes que un puñado de rusos.

Rusia espera transformarse en la primera potencia militar y económica de esa región, a partir de los ingresos financieros del pasaje noroeste, ruta marítima entre Europa y Asia que se abre con el retroceso de los hielos. Con su busto de Lenin, su palacio de la cultura y sus oficinas de la KGB, Pyramiden es un vestigio de utopía de la Unión Soviética, aunque Rusia se aferra a este sitio minero abandonado en el Ártico, que se ha convertido en prioridad estratégica para el Kremlin. Al mismo tiempo que en las aguas heladas del norte los rusos tienen una flota de rompehielos nucleares, Moscú mantiene un pie en el archipiélago noruego de Svalbard (Spitzberg), zona desmilitarizada bien adentro del círculo polar.

Si la soberanía de Svalbard fue atribuida a Noruega (actualmente miembro de la OTAN), el Tratado de París de 1920 prevé que todos los Estados signatarios (entre ellos la que era la URSS en aquella época) puedan dedicarse a actividades económicas en la zona. Desde 1931, en el pueblo de Barentsburgo, una comunidad rusa extraía carbón de las minas de la compañía Arktikugol. En Pyramiden, la actividad cesó en 1998 por la falta de rendimiento y los mineros partieron.

¿Es un pueblo fantasma?

A primera vista, se trata de un pueblo fantasma. No hay habitantes excepto un puñado de rusos que tienen un hotel de estilo muy soviético y osos polares con los cuales uno puede encontrarse cara a cara.

Nada está destruido. Los edificios, solo un poco agrietados. Los rieles del funicular siguen en la montaña

“Pyramiden es tan importante como Grumant y Barentsburgo. No es solo un lugar de memoria histórica. Ese pueblo no está abandonado, ha sido colocado en suspenso de manera temporaria”, afirmó el vicedirector del Instituto ruso de Investigaciones Científicas del Ártico y la Antártida en San Petersburgo Yuri Ugryumov. Hoy en día, Rusia desarrolla el turismo y la investigación. Arktikugol lanzó su compañía turística, y glaciólogos, hidrólogos y oceanógrafos llevan a cabo estudios científicos. “Aquí hay esperanza de un futuro interesante”, explicó Ugryumov, también jefe de la expedición ártica rusa en el archipiélago.

Noticias Relacionadas