Luego de ser reprimidas en la movilización que llevaron a cabo el día sábado, las mujeres de Afganistán organizaron otra protesta en una de las ciudades más grandes del país.
Una nueva protesta de mujeres irrumpió en las calles de la cuarta ciudad más grande de Afganistán, Mazar-e-Sharif, en la que las manifestantes reclamaron ser integradas en el futuro nuevo gobierno talibán y que se mantengan los derechos adquiridos durante los 20 años de ocupación estadounidense.
Mazar-e-Sharif fue la primera ciudad en Afganistán en elegir a una mujer, Friba Ahmadi, de 36 años y graduada universitaria, como jefa del distrito. Allí las manifestantes tomaron las calles y alzaron pancartas con mensajes como "la sociedad de un solo sexo apesta".
Pese a que esta vez los talibanes les prometieron que no perderán derechos, dejaron en claro que la Sharia, o ley islámica, será la línea que tendrán en cuenta, una serie de códigos de convivencia en sociedad muy duros con las mujeres, algo sobre lo que la comunidad internacional ya sentó posición.
Las presidentas de Eslovaquia, Islandia, Grecia, Georgia, Estonia y Moldavia, así como las primeras ministras de Dinamarca, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Lituania realizaron la semana pasada un llamamiento en el que instaron a los talibanes a respetar los derechos de las mujeres y niñas en Afganistán tras la toma del poder.
Este tipo de expresiones públicas de descontento son algo inédito para los talibanes, que reprimieron sin piedad cualquier oposición durante su anterior Gobierno entre 1996 y 2001.