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Miles de personas volvieron a salir a las calles para exigir la renuncia de Bolsonaro

El presidente de Brasil será investigado por supuestas irregularidades en la compra de vacunas contra el coronavirus.

Mientras avanzan las causas de corrupción contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, miles de personas volvieron a protestar en la jornada pasada para exigir su destitución.

Se trata de la tercera manifestación en las últimas semanas contra el gobierno, que enfrenta una presión creciente por una investigación parlamentaria sobre presuntas omisiones en la gestión de la pandemia, que ya ha dejado más de medio millón de muertos en el vecino país.

El último viernes, la Corte Suprema de Justicia ordenó la apertura de una investigación por el delito de prevaricato con el que se acusa al jefe de Estado por haber estado al tanto de un caso de corrupción en la compra de vacunas Covaxin y no haberlo denunciado a las autoridades.

En unas 350 ciudades de Brasil y en urbes de otros 15 países se llevaron adelante actos masivos con la consigna “Fuera Bolsonaro”, en los que miles de trabajadores, campesinos y jóvenes exigieron la destitución del polémico presidente.

Las marchas más convocantes se fueron en Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia, aunque otras capitales Belem (Pará, norte), Recife (Pernambuco, noreste) y Maceió (Alagoas) también registraron manifestaciones con pancartas que rezaban “Bolsonaro genocida”, “Impeachment ya” y “Sí a las vacunas”.

Para la médica Patricia de Lima Mendes, de 47 años, que participó de un acto en el centro de Rio de Janeiro, Bolsonaro es el principal responsable por el alto número de muertes. “Son más de 500.000 vidas asesinadas por este gobierno, por decisiones espurias, fake news, mentiras, y ahora ese escándalo absurdo de corrupción en relación a las vacunas”, expresó. 

En los dos primeros meses de audiencias, la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada por el Senado se centró sobre todo en la demora para sellar acuerdos con las farmacéuticas para adquirir vacunas, mientras Bolsonaro impulsaba el uso de medicamentos ineficaces contra la Covid-19 como la hidroxicloroqiuna y criticaba las medidas de
distanciamiento social.

La semana pasada un funcionario del Ministerio de Salud declaró que en marzo pasado sufrió una “presión atípica”, para concretar una compra de tres millones de dosis de la vacuna india Covaxin que, a su entender, presentaba indicios de irregularidades.

El funcionario afirmó haber trasladado personalmente las sospechas a Bolsonaro, quien se habría comprometido a llevar el caso a la Policía Federal, algo que aparentemente no hizo.

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