“A muchos les falta el termómetro social de saber lo que les pasa a los argentinos de pie”
El arzobispo de Buenos Aires García Cuerva encabezó el Tedeum por el Día de la Independencia del cual participó el presidente Javier Milei junto a su gabinete y allí apuntó además que “nadie se puede lavar las manos ante la situación social que estamos viviendo”.
El presidente de la Nación, Javier Milei, participó ayer del Tedéum que se realiza todos los años por el 9 de julio, en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, y la vicejefa porteña, Clara Muzzio.
De los ministros que conforman el gabinete nacional estuvieron presentes: Mario Russo (Salud), Diana Mondino (Relaciones Exteriores), Luis Petri (Defensa), Patricia Bullrich (Seguridad), Federico Sturzenegger (Desregulación del Estado) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia).
Quien llevó adelante el Tedéum fue el arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva, que comenzó su discurso haciendo referencia a los “hermanos paralizados hace años en su esperanza” y los que están “atravesados por el hambre y la soledad”.
“Algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”, manifestó García Cuerva y agregó: “A muchos les falta el termómetro social de saber lo que les pasa a los argentinos de pie. No hipotequemos el futuro”, expresó el arzobispo, como una de sus frases más resonantes de la ceremonia que no contó con transmisión del gobierno.
En ese marco comentó además: “Si los congresales de Tucumán en 1816 insistían en sus diferencias sobre el modelo para la organización nacional o sus distintas concepciones ideológicas sin buscar consensos todavía estarían discutiendo en la casa de Tucumán, aunque no sé si con los gritos, descalificaciones, expresiones vulgares y agresiones a los que nosotros tristemente estamos acostumbrados hace años”, comentó el arzobispo.
“Pero no, los congresales entendieron que por sobre todo está la Nación y el bien del pueblo argentino, por eso cargaron con una enorme responsabilidad la declaración de la Independencia y quisieron estar a la altura de las circunstancias”.
Así mismo sostuvo: “Tenemos una Argentina que nos duele hace mucho, que se dice independiente hace 208 años pero que aún hoy sufre las cadenas de diversas esclavitudes, que no nos dejan caminar como pueblo hacia un desarrollo pleno y una mejor calidad de vida para todos”.
Además se refirió al “gran objetivo” que debemos tener como sociedad que debe abogar a que “Argentina se cure", “que se ponga de pie” y que “se independice de las camillas que la tienen postrada, paralizada y enferma”; además, haciendo alusión al Papa Francisco, señaló que “no hay tiempo para la indiferencia” y que nadie se puede “lavar las manos” ante la situación social que estamos viviendo como país.
“O somos hermanos o se viene todo abajo. Por eso invito a todos los aquí presentes y también a quienes nos siguen por los medios de comunicación y por las redes sociales a rezar juntos”, concluyó.