Aumenta el endeudamiento de los hogares para cubrir gastos básicos
Ante salarios que no repuntan, se multiplican los créditos y el empleo informal. El consumo se sostiene a fuerza de endeudamiento y precariedad.
En un contexto de extrema fragilidad económica, el gobierno de Javier Milei decidió limitar las paritarias para contener una posible aceleración inflacionaria tras la salida del cepo cambiario, una medida que profundizó el estancamiento del poder adquisitivo de los trabajadores registrados.
Mientras tanto, los hogares continúan tomado más deuda para sostener su nivel de consumo. Así lo advirtió el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), que detectó un aumento en los préstamos personales, prendarios e hipotecarios. La tendencia muestra un cambio estructural: ante ingresos formales que no se recuperan, las familias apelan al endeudamiento como vía para cubrir gastos y acceder a bienes durables.
“Ante una mayor volatilidad en la cotización del dólar, el Gobierno optó por reforzar el ancla salarial para compensar el impacto inflacionario. Pese a la heterogeneidad dentro de los sectores registrados, pocos acuerdos paritarios lograron superar la inflación”, detalla el informe del Ceso.
El Gobierno sostiene su estrategia a base al crédito y la informalidad
El documento también destaca que la actividad económica mostró signos de mejora respecto al primer semestre de 2024, pero en marzo retrocedió un 1,8%. En ese marco, los sueldos formales permanecen por debajo de la inflación, lo que debilita el consumo interno. Frente a esto, desde Casa Rosada ponen el foco en dos motores: el leve repunte del ingreso informal y el crecimiento del crédito al consumo.
“La economía parece moverse en un escenario de tensiones. Mientras el esquema cambiario y la inflación presionan sobre los salarios formales, el Gobierno apuesta a la informalidad y al crédito para sostener la demanda”, afirma la publicación del Ceso.
Según el estudio, la política de control de salarios se refleja en la no homologación de paritarias, la imposición de techos salariales en sectores clave como transporte o comercio, y en aumentos al sector público por debajo de la inflación. Esta estrategia, lejos de aliviar el deterioro del salario real, lo profundiza.
En contraste, los ingresos informales mejoraron con la estabilidad del tipo de cambio y la desaceleración inflacionaria. Cabe mencionar que también se duplicó la Asignación Universal por Hijo, un beneficio que impacta sobre todo en sectores no registrados.
A pesar de estas mejoras, el informe del Ceso alerta que la dependencia del endeudamiento puede volverse un problema estructural si no hay recuperación salarial. “La caída en el consumo de los trabajadores registrados podría compensarse con mayor endeudamiento de los ciudadanos”, explican.
En el corto plazo, el Gobierno celebra cierta reactivación del consumo, pero los datos muestran que este repunte se apoya en bases frágiles: salarios pisados, aumento del crédito y una informalidad creciente.
De esta manera, en lugar de fortalecer el poder adquisitivo, el modelo actual parece empujar a los hogares a sostener su nivel de vida a fuerza de deuda, en un contexto económico cada vez más incierto.