Crece las importaciones y avanza el cierre de fábricas y despidos

La desregulación acelerada disparó las importaciones y dejó a la industria nacional en retroceso, con pérdida de empleo y producción en riesgo.

Política

26/12/2025 - 00:00hs

La política económica del Gobierno, basada en la desregulación y la apertura acelerada del comercio, generó una fuerte tensión en el entramado productivo nacional. Mientras el discurso oficial presenta la apertura como una vía para modernizar la economía, los datos muestran que el aumento de las importaciones golpea de lleno a la industria local, que atraviesa uno de sus momentos más delicados.

Si bien el Indec informó que la industria acumuló un crecimiento del 3,1% respecto de 2024, esa suba responde a una base de comparación considerablemente baja. El año pasado el sector se desplomó un 9,5%, la mayor caída en dos décadas. Octubre volvió a reflejar esa fragilidad, con una baja interanual del 2,9%, lo que confirma que la recuperación sigue siendo débil e inestable.

Según Fundar, la participación de la industria en el PBI cayó de cerca del 30% en 1970 a apenas 18% en la actualidad. Años de volatilidad macroeconómica y falta de políticas sostenidas debilitaron al sector. En ese contexto, la apertura abrupta profundizó problemas estructurales en lugar de corregirlos.

Hoy la industria genera 2,5 millones de empleos, el 10,9% del total, y mantiene uno de los mayores niveles de valor agregado por trabajador. Sin embargo, la presión importadora amenaza ese rol. Los salarios industriales, que en 2024 superaban en 17% al promedio privado, comenzaron a estancarse, con fuertes disparidades entre ramas.

El impacto de la desregulación

El golpe más visible de la desregulación es el salto de las compras externas. Según estudios privados, las importaciones desde China crecieron 60% interanual en 2025, marcando un punto de inflexión para el perfil productivo argentino. La mayor presencia de productos importados desplaza a empresas locales que no logran competir en precio ni en escala.

El Gobierno, por su parte sostiene que la apertura es clave para integrarse al mundo, pero la falta de coordinación entre la política cambiaria, tributaria y laboral deja a la industria en clara desventaja. Con costos internos elevados, inflación persistente y competencia externa subsidiada, las empresas nacionales enfrentan un escenario adverso.

“El 2025 terminó empatado con un 2024 que ya había sido malo para la metalurgia”, advirtió Elio del Re, presidente de Admira. “Competimos contra países con políticas industriales activas y subsidios. Así es muy difícil sostenerse”.

La ausencia de política industrial

Ante este escenario, la administración libertaria insiste en que el mercado ordenará ganadores y perdedores. Sin embargo, la experiencia internacional muestra que las industrias competitivas se consolidaron con políticas activas y protección selectiva. Argentina, en cambio, se expone a un shock externo sin herramientas de defensa.

Las proyecciones para 2026 anticipan mejoras parciales, pero insuficientes para revertir las caídas recientes. Mientras tanto, la industria sigue perdiendo terreno frente a la avalancha importadora. El modelo desregulador, presentado como modernización, expone costos crecientes en producción, empleo y capacidad productiva.

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