El narcotráfico amenaza a la Provincia

Especialistas en la materia aseguraron que existe un cártel instalado en la región metropolitana con fuerte arraigo en las zonas portuarias. Habría al menos seis establecimientos productores de sustancias en el país. 

Una de la tesis barajada por los especialistas en narcotráfico sostiene la la tendencia a la movilidad de los cárteles de droga de Centroamérica, principalmente México y Colombia, hacia el sur de América. En ese marco, Argentina sería uno de los territorios elegidos por las bandas delictivas con alcance internacional. 

Ahora bien, los conflictos narcos que han tomado epicentro en la provincia de Santa Fe, empezaron a ramificarse por las principales provincias del país, entre ellas Buenos Aires. En diálogo con Hoy, el presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), Claudio Izaguirre, sostuvo que el flagelo avanza en territorio bonaerense y advirtió el crecimiento de la comercialización a nivel nacional. 

“Lo que está pasando en la provincia de Buenos Aires es que se está combatiendo la consecuencia, en definitiva la causa es el ingreso de drogas. El problema que tenemos es que uno de los grandes cárteles está instalado y operando desde el puerto de Zarate, Campana y desde el puerto de Buenos Aires en Capital Federal”, sostuvo el titular de  AARA. 

Por otra parte, sostuvo que “el desarrollo del narcotráfico en el país es lamentable”, ya que existen “seis cárteles instalados, una exportación anual de 70 mil kilos de cocaína que se venden a Europa”, así como “más de 500 pistas clandestinas en la franja norte de nuestro país y 750 pasos clandestinos con Bolivia”.

Las declaraciones de los principales referentes de la Iglesia, así como los dichos de los jueces de la Corte Suprema de Justicia, pusieron en  alerta a la comunidad en su conjunto respecto a una problemática que amenaza con terminar de desgranar el tejido social, en post de generar grandes ganancias a asociaciones delictivas, que, en varias ocasiones, cuentan con la complicidad de las clases políticas y las fuerzas de seguridad. 

En ese contexto, no puede pensarse una solución de fondo si el poder político central sigue negando la situación crítica que atraviesa la sociedad argentina.

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