Feliz cumpleaños Evita

Por Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires.

Este año Evita cumpliría 103 años. Este 2022 volvemos a festejar su natalicio, porque sigue presente en la memoria popular y porque su legado volvió en millones, tal cual anticipó.

El 26 de julio de 2010 en un homenaje, la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, señaló que: “Eva fue la verdadera creadora del concepto de justicia social que reemplazó al de caridad o beneficencia. Fue una gran reparadora social… Nada fue igual porque significó un punto de inflexión”. Compartimos la precisión de estas definiciones.

Conocemos el diálogo con las “damas de beneficencia” que no querían darle la presidencia de la sociedad, como era costumbre con las primeras damas, por la gran cantidad de ocupaciones que ella tenía, le dijeron como excusa. Ella respondió con la agudeza que la caracterizaba y les propuso que la presida su madre. Pero, sobre todo, lo que hizo fue poner fin a la idea de caridad, y consolidó el concepto de derechos. Por eso también es y será repetida hasta el cansancio su frase fundante: donde hay una necesidad nace un derecho. Eso es justicia social.

Otra faceta no tan recordada de Evita eran las reuniones que todas la mañanas tenía con dirigentes del movimiento obrero. Ella fue puente entre la CGT y el presidente Perón. Tenía una conciencia de clase precisa, definida. En Mi Mensaje, su libro escrito antes de morir, destaca cómo nunca olvidó de dónde venía, su origen humilde, y que conocer de lujos le permitió ver las miserias de la riqueza para revalorizar la grandeza de las personas más humildes. En sus tiempos de actriz creó un sindicato. Siempre mencionaba a quiénes reconocía como sujetos de derechos: los descamisados, los cabecitas, los obreros, las mujeres en sus discursos. Nombrar para politizar y reconocer cómo y para quiénes se gobierna.

Es llamativa su profunda intuición feminista. Aunque enfrentada con las referentes del movimiento en ese época, porque la mayoría fueron parte de la Unión Democrática que confrontó al peronismo. También sentían que esta mujer, plebeya, les había quitado una reivindicación histórica como fue el derecho al voto. Ninguna había conseguido transformar en una agenda de mayorías las reivindicaciones del movimiento feminista. Evita lo lograría incluyendo aspectos de enorme avanzada: crear el partido peronista femenino; la cuota de elección en las listas legislativas de todos los niveles; los derechos de madres solas; el divorcio; el planteo del reconocimiento de la tarea doméstica invisible y la necesidad de remuneración. Una propuesta integral que avanzaba en derechos civiles, políticos, económicos y culturales.

Celebramos su cumpleaños, porque es eterna y podemos reencontrarla en cada contexto; incluso en aquella decisión de llevarla a los billetes de 100 pesos, dándonos el placer de convivir con ella en nuestra vida cotidiana, en ese bello billete, afrentado luego con el reemplazo por animales, como sabe hacer el neoliberalismo, despreciar a las personas, y más aún a las grandes líderes populares. Por todo esto y mucho más, vale situar a Eva Duarte de Perón, Evita, como la figura fundante, emblema, del feminismo popular que abrazan miles y miles en este siglo XXI. Ese feminismo que se confronta desde la vida cotidiana, que se nutre de la realidad de las mujeres de a pie. Que no tiene contornos delineados académicamente, sino más bien fronteras difusas, y que como todo lo popular, es atravesado por los sentidos comunes que permean nuestras culturas.

Si nos acercamos a este cumplea­ños 103, y desde la tarea que llevamos adelante en la construcción del primer Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual en la provincia de Buenos Aires, hay un programa que podemos afirmar es hijo dilecto del legado de Evita. Se trata del programa Mar para Todas, que consiste en organizar viajes a los complejos de turismo social situados en Chapadmalal y Embalse Río Tercero con contingentes de mujeres y diversidades que se encuentran en el proceso de las salidas de las violencias por razones de género. Permite vacacionar, disfrutar de la playa y las sierras, la recreación, el descanso.

Es una propuesta que nos invita a intervenir en el proceso de salida de las violencias, desde el lugar del goce, dando una respuesta material y concreta, pero sobre todo simbólica de reparación y valoración de cada una de las que participan en estas experiencias. Sus relatos son conmovedores. Dejar el dolor atrás, que lo arrastren las olas y vuelva el tiempo de la construcción de proyectos y nueva vida, buena vida. Algo tan simple, pero a la vez tan profundo. Parte de la premisa de la dignidad con la que Evita pensaba los derechos conquistados para el pueblo, sobre todo para los más postergados. Es posible hacerlo con un Estado que está allí para garantizarlo. Es necesario reconocer su posibilidad desde una identidad: el proyecto nacional, popular, democrático y feminista.

Una mujer con un legado inagotable

La “abanderada de los humildes” llevó adelante acciones trascendentales que beneficiaron a los sectores más vulnerables de la Argentina.

Al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión, Eva Perón recibió a personas de diferentes sectores e inició recorridas por hospitales y orfanatos. Sin embargo, sus objetivos no quedaron estancados: impulsó la creación de la Fundación Argentina de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón con el objetivo de asistir a los menos favorecidos.

Allí, brindó ayuda económica, facilitó elementos de trabajo, brindó becas, construyó viviendas, escuelas y hospitales.

También logró construir policlínicos de máxima complejidad, hospitales especializados, comedores, hogares de ancianos, de mujeres y hasta un tren sanitario que recorría las provincias.

Con toda una trayectoria política enmarcada en su incansable deseo de justicia social, Eva Perón falleció el 26 de julio de 1952, con un legado que aún continúa vigente y con un mensaje que todavía queda en el recuerdo colectivo. Tal como lo dijo en su discurso del 1° de mayo de 1952: “Estoy con ustedes para ser un arcoíris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores”.

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