¿Hasta cuándo, Presidente, abusará de nuestra paciencia?

Durante un acto en Córdoba, habló de un cambio que él “siente” y “abraza” porque “están pasando cosas muy buenas”. Aunque, horas más tarde, en la misma provincia, admitió la “recesión” actual

¿Hasta cuándo, Presidente, abusará de nuestra paciencia? La famosa pregunta de Cicerón, el pensador romano de la Antigüedad, viene a la mente cada vez que Mauricio Macri habla desde su realidad paralela. 

Por ejemplo ayer, durante un acto en Córdoba, habló de un cambio que él “siente” y “abraza” porque “están pasando cosas muy buenas”. Aunque, horas más tarde, en la misma provincia, admitió la “recesión” actual.

Pese a esa recesión que enfría la economía, con aumentos que son moneda corriente, despidos, una devaluación que licúa el poder adquisitivo y PyMes e industrias que están jaqueadas, nuestro Presidente defendió el ajuste encarado junto al FMI y ratificó que “no cambiará el rumbo”.

Para no decir crisis, dijo, por enésima vez y cual meteorólogo, que atravesamos “una tormenta”. Sin asumir que lo que la desató fue la bicicleta financiera a través de la cual el Gobierno permitió y permite fugar dólares sin control, culpó por la estampida a los factores externos y volvió a reclamar “poner todavía más el hombro”.

En el mismo acto, el jefe de Estado volvió a defender el decreto que habilita la participación de los militares en la seguridad interior. Desarmadas, sin presupuesto y desfinanciadas su función apenas puede acotarse a la represión interna: tan lejos del ideal del Ejército sanmartiniano, creado para defender la República de las amenazas externas.