Histórica movilización para pedir cambios al Gobierno K

Fue la protesta más importante contra el Gobierno en la última década. La Presidenta se refugió en la quinta de Olivos. Hasta allí llegaron los manifestantes. Reclamos contra la inseguridad, la inflación y los intentos de re reelección.

En una movilización sin precedentes en la gestión kirchnerista, cientos de miles de personas se manifestaron en distintos puntos de la ciudad y del país por el cacerolazo del llamado 8N.

Después de semanas de convocatorias, la protesta superó ampliamente en número al cacerolazo del pasado 13 de septiembre y fue un verdadero cachetazo político contra el Gobierno. El denominado 8N tuvo su epicentro en la Capital Federal, pero en todo el país se replicó la protesta contra la gestión del Gobierno.

Tal como fue convocado a través de las redes sociales, el punto de encuentro principal fue el Obelisco. Hacia allí confluyeron desde las 19 distintas columnas de ciudadanos. 

La 9 de Julio, a esa hora comúnmente colmada de tránsito, debió interrumpir la circulación y dio lugar a una enorme masa de manifestantes.

El primer lugar donde se vio a una multitud portando una enorme bandera fue en Santa Fe y Callao, y de allí marcharon hacia el microcentro. También hubo concentraciones en Belgrano, Recoleta, Monserrat, Balvanera y Caballito.

En La Plata (ver página 5), Rosario, Córdoba, Mendoza y Salta, entre otras ciudades del país, se reunieron miles de personas. Más temprano, la protesta por el 8N se hizo sentir a través de argentinos residentes en distintos puntos del mundo.

En las pancartas podían leerse distintos mensajes dirigidos a la presidenta Cristina Kirchner, entre ellos el reclamo por la inflación, la inseguridad y el rechazo a la re reelección. “Libertad, libertad, libertad”, y “Basta de mentiras”, fueron algunos de los carteles que se desplegaron junto a banderas y globos en celeste y blanco.

Además de las tradicionales cacerolas, en esta protesta tuvieron una fuerte presencia las banderas argentinas y existió una mayor organización y logística.

“Once exige justicia”, “No soy golpista: más seguridad, más educación”, “Basta de corrupción e impunidad, menos pobreza”, “No a la reforma constitucional” y “Libertad sin aprietes”, fueron otros de los mensajes que mostraron los manifestantes.

Al igual que la protesta de septiembre, el gran cacerolazo fue convocado a través de páginas, de Twitter y de grupos de Facebook.

Silencio K

El Gobierno nacional prefirió mantener el silencio durante el cacerolazo que se realizó en todo el país para rechazar las políticas oficiales, mientras la presidenta Cristina Fernández lo siguió desde la residencia de Olivos, en donde se concentraron unos 30 mil manifestantes. 

Previamente, la jefa del Estado cumplió con normalidad con su agenda, concedió algunas audiencias y encabezó un acto en la localidad de Ezeiza. Tal como sucedió el 13 de septiembre, durante la primera manifestación opositora, en la sede del Ejecutivo, ningún funcionario de primera línea emitió opinión sobre el tema. A la hora en que se desarrollaban las manifestaciones en distintos puntos del país, incluidas la Plaza de Mayo y la propia quinta presidencial, en la Rosada estaban el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.

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