La Argentina del descontrol y el desbalance

La falta de controles por parte del gobierno para regular la actividad económica, ha llevado al país a padecer las consecuencias de la ineptitud K. Por qué la falta de un plan estratégico lleva a la Argentina a una encrucijada difícil de salir al corto y mediano plazo

En la Argentina en materia de infraestructura hubo un déficit de inversión muy grande por el marco regulatorio impuesto, que sacó del área privada las inversiones y estipuló que el Estado las iba a hacer, y ahí fue donde se produjo un desbalance de lo que son las necesidades privadas para poner un servicio, de lo que es infraestructura.

La incapacidad del Estado para decidir en qué sectores de la economía convenía invertir y en cuáles no, ha llevado que el país viva una especie de tsunami en su desarrollo, que lo ha llevado a perder grandes posiciones respecto a países vecinos que han sabido ejecutar las obras de acuerdo a las necesidades más imperantes en sus sociedades.

Para muchos especialistas, el gobierno no puede cambiar porque no sabe qué es lo que tiene que cambiar, lo que muestra un grado de incompetencia muy fuerte en lo más alto del Ejecutivo. La falta de un plan estratégico que diga que es lo que se debe hacer para los próximos 20 o 30 años, no ha hecho más que plantar palos en la rueda para el crecimiento del país.

En diálogo con Hoy, el jefe de investigaciones del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), Jorge Colina, aseguró que “la falta de reglas de juego claras ha servido para que no haya inversiones en el área de infraestructura. El marco regulatorio del servicio público ha hecho una conjunción de quien debe hacer las inversiones, de cómo se iban a financiar, y esto lo que terminó en este descontrol en materia de infraestructura”.

Para el economista, “el problema no es la injerencia del Estado en la economía, el problema es que el Estado debe injerir, pero a lo largo de todos estos últimos años no ha impuesto un marco regulatorio propicio para que todo funcione correctamente”.

La Argentina se encuentra atravesando el final de ciclo del kirchnerismo,  dominado por una fuerte crisis económica que no ha terminado y que inclusive puede agravarse por la incapacidad mostrada por el gobierno para resolver cuestiones centrales para el país como el fallo Griesa. Al no abrirse al mundo y no desarrollar una política atractiva para los inversores, los capitales giran para otros países de la región que se ven favorecidos por la inactividad oficial.

“Todo país que quiera expandir su inversión, necesita de transparencia en las asignaciones de recursos, para que todas las empresas nacionales e internacionales puedan participar. Cuando empieza a haber favoritismo hacia ciertas empresas por sus vinculaciones con el poder, evidentemente la gente deja de participar”, destacó Colina.

La regla del capitalismo es que cuando el privado puede hacer una inversión la haga y que luego lo cobre a través de la tarifa, entonces el privado puede buscar mecanismos de corto, mediano y largo plazo para hacer la inversión en la medida que tenga un contrato bien establecido en que va a poder devolver la plata en la medida en que cobre la tarifa.

El gobierno tiene una gran responsabilidad en cuanto a la desaceleración del clima de inversiones en el país, evidentemente la Argentina ha dejado de ser atractiva para los inversores internacionales y no invierten en nuestro país, y esto tampoco es la excepción para las empresas Telefónicas.

La ausencia de normas claras ha servido para que no haya inversiones en el área de infraestructura en nuestro país y que lo ha llevado a una situación de la que será muy difícil salir en el futuro cercano.

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