La familia Macri y los K: Un matrimonio a prueba de balas

En Casa Rosada ven con buenos ojos que el jefe de Gobierno porteño llegue a la Presidencia. Sin embargo, el clan de empresarios tiene sobre sus espaldas un oscuro prontuario con causas por contrabando

El kirchnerismo sabe que ya tiene los días contados y la cuenta regresiva para dejar el poder se va acercando. Y sin una figura fuerte que salga a representar al partido en las próximas elecciones, la rosca política va tomando forma.

Hoy por hoy, un nombre que cobró fuerza en el seno de la Casa Rosada es el de Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno porteño. La estrategia, en definitiva, apunta a que el líder del PRO llegue a la Presidencia para establecer una suerte de Pax Interior, que también le permita a Cristina Fernández erigirse como cabeza visible de la oposición. Un plan ambicioso que, sin embargo, no tiene en consideración el pesado prontuario que arrastra no sólo el expresidente de Boca Juniors, sino también su padre, Franco Macri.

Justamente, Mauricio Macri fue procesado en el 2001 por el juez en lo penal económico Carlos Liporace por contrabando. En aquél momento, el magistrado lo responsabilizó de cobrar reintegros por exportaciones e importaciones de autopartes de la empresa Sevel al Uruguay.

En este sentido, se trata de una serie de turbias maniobras llevadas a cabo en 1993 –por Sevel de Argentina a Sevel Uruguay- en donde algunas piezas eran ensambladas en el vecino país para luego ser importadas a la Argentina en forma de automóviles terminados. De este modo, según el tribunal, Sevel cobraba reembolsos por exportaciones y realizaba las importaciones con un arancel diferencial del 2%.

De tal palo, tal astilla
El que también quedó pegado a este escandaloso negociado fue el padre de Mauricio Macri, Franco, quien para 2001 ya se encontraba procesado en la causa con un embargo de 4.900.000 pesos.

Pero más allá de la mochila de denuncias que viene acumulando el clan de empresarios, resulta más que llamativo analizar en detalle los movimientos del líder del Grupo Macri, uno de los conglomerados económicos más poderosos de la Argentina.

En más de una ocasión, Franco Macri salió a defender con uñas y dientes al kirchnerismo, haciéndolo de la peor manera posible: alineándose con la agrupación ultra K La Cámpora, que está en la mira por los desfalcos de sus referentes (Mariano Recalde, al frente de Aerolíneas Argentinas, dejó a la compañía de bandera nacional en números rojos).   

“El próximo presidente tiene que salir de La Cámpora”, dijo Macri, en una entrevista que data de enero de este mismo año. Y agregó: “Creo que tiene que seguir el partido, con los jugadores y criterios del kirchnerismo. Si no, estamos queriendo refundar el país a cada rato”.

Lo cierto es que, con este tipo de antecedentes, no resulta para nada extraño la decisión del Gobierno de apuntalar a Mauricio Macri como “candidato encubierto” para quedar bien parado de cara a los años venideros. Decisión que suena más a manotazo de ahogado que a cualquier otra cosa.

Los negocios con China, el interés en común

Otro estrecho lazo que guarda el kirchnerismo con la familia Macri -y más específicamente con Franco Macri- es la larga lista de negociados que se llevaron a cabo con China, el gigante asiático que se convirtió, de la noche a la mañana, en el socio económico más importante del país.

Todo comenzó en 1998, cuando el mayor de los Macri firmó el primer contrato con CITIC GROUP (China International Trust and Investment Corporation), para la fabricación de piezas de excavación de petróleo. Y ya para el 2000, dedicado a promover negocios entre la República China y América Latina, fundó la empresa MACRI GROUP SA, con oficinas en Buenos Aires y en uno de los barrios de mayor crecimiento en el Beijing.

Pero fue durante la nefasta “década ganada” en donde Franco Macri, siempre de la mano de los K, se convirtió en el encargado de llevar adelante todo tipo de convenios de carácter económico con la potencia oriental. De hecho, las “relaciones carnales” entre el clan empresarial y el Gobierno Nacional quedaron plasmadas a principios de 2010, cuando la mismísima Cristina Fernández se dejara fotografiar junto al mega empresario peruano Leslie Pierce y Franco Macri en medio de la creación del Consejo Empresarial Binacional de Integración e Inversiones.

Un año más tarde, el líder del Grupo Macri cerró una serie de acuerdos entre China y Argentina que, tal como él mismo confesó, le dejaron una comisión del 4% (unos US$ 400 millones) por las obras en el Belgrano Cargas -teniendo en consideración que desde el oficialismo hablaron de compromisos con los chinos por US$10 mil millones-.

En este contexto, cabe destacar que, por este tipo de manejos, Franco Macri quedó incluso pegado al polémico testaferro K Lázaro Báez, cuando este último abrió un compás de negociaciones con el consorcio de la construcción Sinohydro (una corporación de origen chino) para poder llevar a cabo la venta de sus compañías. Por tales motivos, desde la oposición salieron con los tapones de punta contra el Gobierno y el empresario, denunciando que existe un “ignominioso negociado” entre “el kirchnerismo” y Macri, al que se definió como “gestor de todas las compras en China”.