La mitad de los chicos son pobres o indigentes

Según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, en los hogares con chicos, un 43,8 por ciento viven en la pobreza y un 6,2 por ciento en la indigencia. Desde la asunción de Mauricio Macri las cifras escalaron. El flagelo se agrava por los despidos, tarifazos y la creciente inflación

Lejos del índice 0, la pobreza promedio de una familia con chicos saltó al 43,5 por ciento, mientras que los hogares en los que viven niños indigentes trepó al 8,6 por ciento, de acuerdo a los datos aportados recientemente por el Observatorio Social de la UCA.

Según ese informe, de los 13 millones de pobres actuales, agudizado en los últimos tres meses con los 1.400.000 que se sumaron luego de las medidas económicas que tomó el gobierno de Mauricio Macri, el grueso corresponde a las familias con chicos, que viven en particular en el conurbano bonaerense,  en villas y asentamientos, que poseen menores niveles educativos, con empleo precario del Jefe de Hogar, aunque también entre trabajadores que se desempeñan  jornada completa en empleos registrados o en blanco.

 “Sea heredada o provocada, hay que salir de esta situación, pero no será fácil”, aseguraron desde el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que año a año elabora su informe sobre el flagelo, que se profundizó en tiempos del kirchnerismo y que, tras el cambio de gobierno, parece lejos de atenuarse.

Esta estructura de  indigencia y pobreza – que  no es nueva ya que este deterioro social que rondaba entre el 35-40% viene en ascenso desde 2011 en adelante y no incluye la población rural–  muestra un cuadro social agravado porque a la insuficiencia de ingresos en relación a una canasta básica familiar se suman condiciones de vida precarias, hacinamiento, precariedad laboral y baja formación educativa. Y que los chicos se desarrollen en esas condiciones tan adversas es también un factor de reproducción de la pobreza por la precariedad alimenticia y  por el impacto negativo en materia cultural, educativa y laboral que implica criarse en un ambiente de privaciones básicas.

Este grave cuadro social tiene lugar a pesar, como indica el Observatorio Social,  que la mayoría de esas familias cobran las Asignaciones Familiares y la Asignación Universal por Hijo y también las pensiones no contributivas  con los cambios y aumentos vigentes desde comienzos de marzo.

De acuerdo al análisis, los indigentes habrían pasado de 5,3% a fines de 2015 a 6,9% en marzo de este año, y afectaría a no menos del 6,2% de la población a principios de abril de 2016; lo cual daría cuenta de un aumento de por lo menos 350 mil personas en situación de indigencia (acumulando 2,3 millones de personas indigentes al final del tercer trimestre del año).

En cuanto a la tasa de pobreza, esta habría pasado de 29%, a fines de 2015, a 34,5% en marzo de este año, y tendría como piso un 32,6% en la primera parte de abril de 2016.

El leve descenso, analizó la UCA, se vería reflejado por la actualización de ingresos provenientes de jubilaciones, pensiones no contributivas, asignaciones familiares, así como también debido a los cambios en los topes y rangos de estas últimas. Sin embargo, aclaró que ese efecto disminución podría verse atenuado, y hasta neutralizado, por los consecuentes despidos o por los tarifazos anunciados en materia de transporte público y servicios como la luz o el gas, entre otros.

Tanto la indigencia como la pobreza (ocultadas o minimizadas por el kirchnerismo) vienen en ascenso desde 2011, pero se profundizaron en la primera parte de 2016.

La urgencia de las cifras oficiales

“Si al menos en el corto plazo no se logra controlar los aumentos de precios en productos y servicios básicos y reactivarse la demanda de empleo, se estará cada vez más lejos de una mejora genuina en la distribución del ingreso y difícilmente podrá revertirse la tendencia ascendente que están registrando las tasas de indigencia y de pobreza urbana”, señaló el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia.

Según sentenció el sociólogo a Hoy, el kirchnerismo “hizo muy mal en considerar que este país no tenía pobreza. Esa Argentina que es un submundo existía y existe”, pero al mismo tiempo alertó sobre la necesidad de cifras oficiales: “La falta de datos confiables nos priva de una necesaria información ciudadana, por eso el Observatorio creó estadísticas, para complementar esa ausencia”.

Mientras, la semana pasada el nuevo director del Indec, Jorge Todesca, adelantó que recién en agosto o septiembre el organismo estadístico comenzaría a difundir su indicador de pobreza.