Ñoquis rentados

“La Morsa” y su cueva camporista para la Provincia

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, anticipó que, de ser gobernador, tendrá “muchos” militantes de La Cámpora en su gabinete, lo que vaticina la continuidad de una práctica sistemática dentro del kirchnerismo: el reclutamiento de ñoquis K rentados con fondos del Estado

"Yo no me voy a perder a esas potencias. Son idóneos, competentes, una topadora en las cosas que hacen y en mi gestión voy a tener a muchos de esos pibes en mi gabinete”. Con total naturalidad, sin una risa que indicara que lo que estaba diciendo era un chiste, el inefable jefe de Gabinete, Aníbal “La Morsa” Fernández, endulzó los oídos de los jóvenes K al anticiparles que, si triunfa el 25 de octubre como gobernador bonaerense, hará de la Provincia una verdadera cueva camporista.

“Tengo una relación buenísima con los pibes, y hay algunos casos de gente de La Cámpora -la agrupación que dirige Máximo Kirchner- que me interesa fuertemente y que una vez resuelto el tema de las elecciones, los voy a convocar para participar conmigo”, agregó, como para que no quedaran dudas, el jefe de ministros, sindicado como el autor ideológico del triple crimen de la efedrina, en General Rodríguez.

Sin ambigüedades y de forma contundente, Fernández fue por el kirchnerismo duro y les prometió un futuro junto a él a estos militantes de la renta, ñoquis que han usufructuado el Estado nacional para obtener cargos, empleados que sólo asisten a sus lugares de “trabajo” el primer día del mes, para cobrar sus abultados sueldos.

Una esperanza para los ñoquis

Así, Aníbal les garantizó un espacio a los “cientos de militantes de La Cámpora que, con Mariano Recalde a la cabeza, ganan rentas de hasta más de 100 mil pesos en Aerolíneas Argentinas (AA), pese a su escasa idea del sector aerocomercial, a su incapacidad para torcer el millonario déficit de la empresa”, tal como le dijo a nuestro diario, Franco Rinaldi, licenciado en ciencias políticas, periodista y  autor del libro Aerolíneas Argentinas. 2000 días de pérdidas.

En su mensaje, el candidato a gobernador también quiso decir que le hará un lugar en la provincia a los muchachos K rentados por sostener la fantasmal Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” (FAdeA), tan deficitaria como AA, que, aunque prácticamente no construye aeronaves, dilapida millones en innumerables empleados camporistas. 

Porque de ganar alguno de los presidenciables con más chances, Daniel Scioli o Mauricio Macri, La Cámpora sabe que tendrá que levantarse de sus cómodos sillones en oficinas públicas. Aníbal, por el contrario, reavivó las esperanzas de ese malón de acólitos K; con él, la Provincia estará a merced de quienes hoy se pasean por la redacción de la agencia oficial Télam o por los pasillos de la TV Pública; de los camporistas que, a través de Eduardo “Wado” de Pedro en la Secretaría General de la Presidencia, o del multiprocesado vicepresidente Amado Boudou en el Senado, se hicieron un lugar en el Estado, no por capacidad ni profesionalismo, sino por una pertenencia partidaria que es el único justificativo de sus salarios.

El Estado como conchabo

El mismo reclutamiento K operó en la flamante Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a cargo de Oscar Parrilli, que incorporó como agentes a militantes de La Cámpora y del Movimiento Evita, y hasta a excandidatos a intendente del conurbano y comuneros de la ciudad de Buenos Aires, en lugar de recurrir a las mejores escuelas de las fuerzas de seguridad.

Igual de escandaloso resulta el copamiento del PAMI por unos seis mil camporistas, según denunció la legisladora porteña de Confianza Pública, Graciela Ocaña.

“Claramente, Aníbal Fernández quiere posicionar su candidatura en la Provincia con el apoyo de La Cámpora y esto implica el riesgo de una mala administración como la que ya se registra en organismos del Estado como Aerolíneas Argentinas, PAMI, la Anses, todos los lugares en los que se produce el copamiento de militantes”, advirtió Ocaña a Hoy, y aseveró que “utilizan al Estado como empresa política y no como un lugar para brindar los servicios de calidad que merece la población, que es la que paga los impuestos”.

Pero el que avisa no traiciona. “La Morsa” ya anticipó que, en su eventual administración, la Provincia quedará rehén de “los pibes” de La Cámpora. “Son una topadora”, dijo. “Y arrasarán con todo”, le faltó aclarar.