La querella de CFK reclamó el secuestro del celular de Milman

El pedido se hizo ayer ante la Cámara Federal porteña, donde remarcaron que hasta ahora “ninguna prueba” desincriminó al diputado.

En el marco de la causa que investiga el intento de asesinato que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el pasado 1° de septiembre, y la posible vinculación del diputado de Juntos por el Cambio Gerardo Milman en el caso, la querella de la líder peronista reclamó ayer ante la Cámara Federal porteña el secuestro del celular del legislador porteño.

Marcos Aldazabal, uno de los abogados de la querella, advirtió que “ninguna prueba desincriminó para nada a Gerardo Milman”, y además planteó como “esencial” realizar una pericia al celular del diputado, investigado en relación a la frase que se le adjudica haber pronunciado en el bar Casablanca días antes del intento de magnicidio: “Cuando la maten, voy a estar en la Costa”.

En tanto, en la audiencia que se llevó a cabo en el Tribunal de Apelaciones, el abogado de Milman consideró que la investigación contra el diputado es una “excursión de pesca” y dejó en claro que no habría motivos para que se realicen las pericias requeridas sobre el teléfono móvil del implicado.

“Cuando se abrió el teléfono con consecuencias bastante feas, mostraron todo y no hacía a la investigación. Después nadie se hace cargo”, expresó enojado el letrado.

Los abogados querellantes Aldazabal y José Manuel Ubeira participaron en la mañana de ayer de una audiencia que duró casi una hora ante los jueces de la Sala I del Tribunal de Apelaciones, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens, quienes también escucharon al defensor de Milman.

“Realizar la prueba es imperante”, sostuvo Aldazabal al inicio de la audiencia presencial realizada ante los tres jueces en el segundo piso de los tribunales federales de Retiro, en Comodoro Py 2002.

Al mismo tiempo, el abogado recordó que borraron los celulares de una de las asesoras que estuvo con él en Casablanca y del mismo Milman en una reunión con un perito y a otra “le aconsejan comprar un iPhone nuevo y decir que se había olvidado la clave de acceso” al almacenamiento remoto.

“El celular ya debe haberse borrado, pero esto no puede ser excusa para no realizar la prueba de todas maneras, debe intentar realizarse”, agregó el profesional. Asimismo, agregó: “El contexto ahora es distinto, más robusto, y por eso el fiscal ahora lo pide. Milman borró su celular cuando todavía no estaba pedido el secuestro”.

Por su parte, Ubeira cuestionó que por parte de la jueza Capuchetti “no hubo velocidad ni protección sobre las pruebas”, y agregó que “esta causa la llevamos a remolque en contra del sistema judicial”.

“Si hubiera sido por ellos (jueza y fiscal), había tres personas llevadas a juicio. Nada más se hubiera investigado y la persona denunciante (de Milman) estaría con falso testimonio”, cerró el abogado.

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