Lamentablemente, más de lo mismo

Más de dos horas de reuniones a puertas cerradas. El Presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el jefe del bloque Pro, Nicolás Massot, junto a sus aliados radicales y de la Coalición Cívica, desfilaron ayer por la Casa Rosada para abordar el tema tarifazos.

El encuentro mantuvo expectante a una ciudadanía que en la víspera protestó con un contundente ruidazo. Pero la conclusión fue “lamentable”. Como el “inevitable aumento” al que se refirió Massot, el diputado que el día anterior, escondido tras una de las cortinas del Congreso, celebró sonriente el fracaso del debate en la Cámara Baja. 

Ayer tampoco hubo debate, sino el montaje de una escena en la que solo se abordaron las tarifas del gas y se decidió “financiar optativamente” las boletas, para pagar durante el verano los cargos correspondientes a los meses de mayor consumo: mayo-junio y julio-agosto. La “brillante” opción propone el desdoblamiento en tres cuotas bimestrales: el último de 2018 y los primeros de 2019, cuando disminuye el consumo de gas pero se incrementa el de luz. 

El financiamiento apenas sería sobre un 25% del total de la factura de gas y con un recargo del 20%. Es decir, si el consumo fuera de $1.000, solo se financiarían $250.

Que paguen las provincias

Con la idiosincracia empresarial grabada a fuego, el Presidente no está dispuesto a perder y, pretende que la modesta concesión de la financiación en cuotas la paguen las provincias. “Que los gobernadores aporten el dinero que supone desdoblar los aumentos”. Así se lo hizo saber al gobernador de Mendoza y titular de la UCR, Alfredo Cornejo, autor de la propuesta.

Pensando en las ganancias, omitieron tratar las subas en otros servicios básicos como la luz y el agua. Tampoco se contempló la situación de las PyMes, industrias o comercios. La “solución” del tarifazo en cuotas solo alcanza a los usuarios residenciales y deja afuera a un sector cuyo incremento en los costos necesariamente implica un traslado a los precios de venta.

Perdedores y ganadores

El círculo vicioso redunda así en una capacidad de compra cada vez más estrecha para la clase media que, además de pagar servicios más caros, sufre la cotidiana inflación en las góndolas, el alquiler o las expensas. Sectores que van camino a la pobreza. Ni que hablar de los más vulnerables, ese 40% de la población que en el avanzado siglo XXI no accede a servicios básicos como el gas natural. Pobres que se hunden todavía más en la pobreza.

Y empresas que, como en tiempos del kirchnerismo, aumentan sus dividendos, ofreciendo un servicio imposible de pagar e ineficiente. Ganaron antes con subsidios millonarios. Ganan ahora con tarifas siderales. Mientras, el autoabastecimiento continúa siendo una deuda.

La bronca ciudadana es grande. Pero el Presidente, sus ministros y aliados optaron   por hacer oídos sordos al ruidazo del miércoles. No escucharon la bronca de esa gente que anoche, más silenciosa, volvió a salir a la calle con una “Marcha de las velas”.

Reflejo de una realidad que dice “Basta”, que el Presidente no interpreta pero parece preocuparlo. Tanto que para las próximas horas analiza dar un manotazo de ahogado que recuerda a vie jos tiempos: utilizar la cadena nacional para justificar los tarifazos. 

Un acto inoportuno

Mientras el hartazgo nacional crece como una bola de nieve, el Gobierno se pierde en celebraciones y homenajes. Reconocimientos que, nobleza obliga, en algunos casos son merecidos. Como el que se le hará hoy en la Plaza Moreno de nuestra ciudad al expresidente Raúl Alfonsín, cuya figura de cuerpo entero, de 2,30 metros de alto, quedará inmortalizada frente a la Catedral, junto a los bustos de Juan Domingo Perón y Eva Duarte.

Se esperaba que al acto de descubrimiento de la figura, que se realizará a las 11 en el principal espacio verde de la ciudad, concurriera la plana mayor del radicalismo, entre ellos su titular, Alfredo Cornejo y Ricardo Alfonsín; la Gobernadora, María Eugenia Vidal, junto a su vice, Daniel Salvador, y el Presidente Mauricio Macri.

El homenaje al padre de la democracia esconde, además, un intento por limar las asperezas de Cambiemos en público. Sin embargo, anoche varias versiones ponían en duda las presencias de Macri y Vidal, quienes habrían desistido de la invitación. La indignación social pesaría en la decisión. Ninguno estaría dispuesto a enfrentar los costos en primera persona.