Bariloche, un ícono de decadencia de la era K
Hubo saqueos a supermercados. Luego se extendieron a las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
21/12/2012 - 02:02hs
La situación social en la ciudad de Bariloche ayer volvió a estallar, con saqueos protagonizados por pobladores de los barrios pobres, que luego se extendieron a otras partes del país, incluida la provincia de Buenos Aires. Concretamente, se registraron hechos similares en Resistencia (Chaco), Villa Gobernador Gálvez (Santa Fe), Concepción del Uruguay (Entre Ríos) y Campana.
En el municipio bonaerense intervino la Policía y hubo 24 heridos con balas de goma, luego de que entre 400 y 600 personas intentaran irrumpir en una sucursal de Carrefour, a la que arrojaron piedras y otros objetos contundentes. Sin embargo, el personal del negocio logró cerrar sus puertas a tiempo. Pero otros dos supermercados fueron víctimas de acciones similares: Yaguar y Maxiconsumo. Este último fue completamente vaciado.
En Bariloche, todo comenzó cerca de las 10, cuando unas 50 personas entraron al supermercado Chango Más -perteneciente a la cadena Walmart, ubicado en ruta 40- enfrentándose con la Policía y violentando las puertas para saquear todo lo que estuviera a su alcance. Luego arribaron más familias de los barrios periféricos de Bariloche, llegando a ser alrededor de 200 personas las que cargaban en los changuitos desde alimentos hasta televisores. Según relataron medios locales, durante la tarde los saqueos se repitieron también en dos supermercados de la cadena Todo, y en comercios de ropa y de artículos de electrodomésticos.
Desde la intendencia de la ciudad, conducida por el kirchnerista Omar Goye, y la Jefatura de Gabinete de la Nación, al mando de Juan Manuel Abal Medina, apenas atinaron a calificar los hechos como “vandálicos” y a decir que habían sido “organizados para generar convulsión social” (ver aparte). Acto seguido, el Gobierno nacional resolvió enviar 400 efectivos de Gendarmería a Bariloche. Seis meses antes, la presidenta Cristina Kirchner había afirmado que no volvería a enviar esta fuerza a las provincias.
La situación ocurrida en la ciudad patagónica tuvo su réplica en varios barrios de Rosario y Santa Fe, a la vez que existieron numerosos intentos de desalojo en las ciudades bonaerenses de Campana y Moreno.
Según relataron desde los propios supermercados, la intendencia barilochense se había comprometido con referentes de los barrios a entregar bolsas con alimentos, destinadas a personas o familias en situación de riesgo. Los bolsones nunca llegaron y la indignación se adueñó de los habitantes de la periferia.
Pero, además, para entender lo sucedido ayer es necesaria una mirada más abarcadora: Bariloche sufre las consecuencias del estancamiento económico (ver aparte) que vive el país y esto golpea de la peor manera en los sectores más humildes.
En ese marco, hay una situación que se arrastra desde hace mucho tiempo y se agudizó en los últimos años: el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres, entre los habitantes del centro de la ciudad y quienes viven en “El Alto”.
Momentos críticos
Fueron saqueados al menos tres supermercados y dos comercios por más de 200 personas pertenecientes a familias humildes.
El intendente kirchnerista Omar Goye se había comprometido previamente a entregar alimentos a las zonas más postergadas, pero nunca cumplió con lo pautado.
Sin soluciones de fondo
El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, no anunció ayer soluciones al problema de fondo que vive Bariloche, sino que se limitó a afirmar: “Estos hechos de pequeños grupos marginales tremendamente violentos, destruyendo supermercados, robando electrodomésticos, junto con los hechos en Neuquén, una provincia que quedó casi a la mitad sin electricidad, nos hablan de cuestiones muy particulares que no casualmente ocurren en una fecha como ésta, 19 y 20 de diciembre”.
La situación en los barrios marginales
Este no fue el primer estallido social en Bariloche, y posiblemente no vaya a ser el último. Hace dos años el conflicto ocurrió cuando la Policía provincial asesinó al joven Diego Bonefoi, en un caso de gatillo fácil que generó una masiva movilización de los barrios del “Alto”. Lo peor es que durante las protestas los uniformados asesinaron a otros dos jóvenes, desencadenando una situación de tensión que todavía se vive en la zona.
Para tener un panorama de cómo se vive en las zonas pobres, basta con mirar las estadísticas realizadas por la propia Municipalidad en 2010 sobre tan sólo uno de los barrios periféricos (Nahuel Hue): más del 70% de los habitantes son ocupantes, mientras que sólo el 16% son propietarios; sin agua hay un 27,3% de la población; sin cloacas, el 98,7%; sin gas, el 80,8%; sin electricidad, el 29,1%; sin teléfono, el 81,4%; y sin alumbrado público, el 73,9%. El 71,8% se trata de casillas precarias y un 42% obtiene agua fuera de la vivienda o fuera del terreno. Sólo el 32% de los jefes de hogar tienen los estudios primarios completos y sólo un 12% culminó la secundaria. El 80% de los jefes de hogar son obreros o empleados, pero más de la mitad no está registrado. Casi el 70% de los jefes de hogar del área de estudio no cuentan con ningún tipo de cobertura de salud, repercutiendo sobre todo el grupo familiar.
Las economías regionales, en caída libre
Si bien la economía de Bariloche se vio afectada el año pasado por las cenizas del volcán chileno Puyehue, no es ese el único factor que explica la crisis que se vive en esa región.
Tanto la actividad frutícola como el turismo fueron afectados por el cepo cambiario y la creciente inflación. Esto produjo una importante pérdida de competitividad, ya que ambas actividades están íntimamente relacionadas con el mercado internacional.
Según estimaciones de las cámaras de Comercio, Industria, Producción y Afines, tanto en Río Negro como en Neuquén se aprecian caídas en las ventas superiores al 35% en la industria frutícola, con el agravante de que el mercado está concentrado en un puñado de empresas.
El estancamiento también congeló la construcción y obra pública, justamente una tarea de la que viven miles de trabajadores de las zonas humildes de Bariloche.