Presionan para que la causa por el atentado a Cristina vaya a juicio oral
El fiscal Carlos Rívolo inició el trámite para que el caso pase a un tribunal oral. Ahora los abogados de la vicepresidenta deben prestar su conformidad.
El fiscal federal Carlos Rívolo inició el trámite para enviar a juicio oral y público la causa por el intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, ocurrido el pasado 1° de septiembre de 2022, al correr vista a la querella que representa a la exmandataria para que se expida sobre si está agotada la instrucción o restan medidas complementarias.
Fuentes judiciales informaron ayer acerca de este procedimiento iniciado por Rívolo en el expediente en el que están imputados Fernando Sabag Montiel (quien gatilló el arma), Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo.
Ahora la querella de la vicepresidenta, que encabeza el abogado Juan Manuel Ubeira, tiene seis días para responder, y luego se dará vista a las defensas de los acusados antes de que la causa, a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, sea enviada a un tribunal oral federal.
El intento de asesinato de Fernández de Kirchner se produjo el 1° de septiembre último, cuando la mandataria llegaba al edificio que habita en el barrio porteño de Recoleta y, mientras saludaba a la militancia que la esperaba, Sabag Montiel le apuntó a la cara con una pistola cargada y gatilló sin éxito.
Aunque siempre se negó a declarar en las indagatorias a las que fue convocado por la Justicia, en marzo pasado Sabag Montiel atendió un llamado telefónico que le hizo la producción del programa televisivo Minuto uno, de C5N, a la cárcel, y reconoció que su intención era matar a Fernández de Kirchner y que falló porque se puso nervioso.
“Yo en vez de tirar el pestillo, imaginate los nervios de estar en un lugar. De tirar la corredera, tiré el pestillo para atrás y cuando tiré el gatillo, no salió el tiro. Porque entre tanto tumulto, tanta gente, estaba nervioso”, afirmó.
En la causa además está detenida Uliarte, sindicada como coautora de la tentativa de homicidio, y Carrizo, quien supuestamente era empleador del atacante en el negocio de la venta de algodón de azúcar, como partícipe secundario del hecho.
En los últimos meses, en el expediente se debatió la posibilidad de intentar hacer un nuevo peritaje sobre el teléfono de Sabag Montiel, que se reseteó hasta llegar al estado conocido como “de fábrica” en las primeras horas de la investigación, en uno de los primeros intentos por extraer la información allí guardada.
Sin embargo, la fiscalía requirió que se dejara sin efecto la medida solicitada por esa parte tras evaluar que no se había conseguido hasta ahora ninguna alternativa que permitiera avanzar con un intento de recuperación de información que no pusiera en riesgo la integridad del dispositivo electrónico.
A principios de marzo, la Sala I de la Cámara Federal porteña pidió que los sospechosos fueran sometidos a juicio oral y público como presuntos responsables del intento de magnicidio.
La recomendación partió de los jueces Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens, los que rechazaron un planteo de prisión domiciliaria para Carrizo, quien es considerado como jefe del grupo que planificó el intento de magnicidio, e instaron a la jueza Capuchetti para que envíe el caso a juicio oral.