“Se murió impune, sin que sea condenado por todo lo que hizo”

Néstor Beroch, acusado de integrar el grupo de tareas que secuestró a los estudiantes de La Noche de los Lápices durante la última dictadura cívico-militar, murió en la localidad platense de City Bell sin haber sido juzgado por ese hecho.

Con el retorno de la democracia, Beroch se desempeñó como profesor de Literatura en un colegio de la ciudad de La Plata y fue descubierto por organizaciones de derechos humanos que acusaron al hombre de integrar el grupo de tareas que secuestró en ­septiembre de 1976 a los estudiantes secundarios que reclamaban por el boleto estudiantil, en el episodio conocido como La Noche de los Lápices.

Además, en testimonios brindados en los juicios de lesa humanidad por los sobrevivientes de ex centros clandestinos de detención, confirmaron con su declaración haber visto al hombre en los centros de Arana y el Pozo de Banfield.

A pesar de los pedidos de los organismos de derechos humanos para que se le impidiera al hombre el ejercicio de la docencia, recién en 2004 el Tribunal de Disciplina de la Dirección General de Escuelas bonaerense lo separó del cargo docente por “exceso de autoridad frente a sus alumnos”, y no por las denuncias sobre su accionar durante la dictadura.

Marta Ungaro, hermana de Horacio, uno de los estudiantes secuestrados y desaparecidos en La Noche de los Lápices, expresó que Beroch “se murió impune, sin que sea condenado por todo lo que hizo”.

“Beroch fue integrante del grupo Tacuara en los 60, tenía causas por ataques antisemitas en Bahía Blanca y estaba reciclado en educación en diferentes colegios de La Plata, a pesar de que fue integrante del grupo de tareas que participó en el secuestro de mi hermano”, precisó.