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Esta es la segunda parte de la historia del docente Flavio Aprile. El “profesor bomba” fue allanado por segunda vez en 2018 en el marco de un operativo espectacular que incluyó al Grupo Halcón y a los medios de comunicación. Lo acusaban de una amenaza de muerte a un fiscal: nunca se probó y tampoco se halló el audio. Fue sobreseído en 2019. Así funcionaba la Justicia en épocas de Vidal
08/02/2022 - 00:00hs
El viernes 6 de julio de 2018 a las 6.30 horas los medios de comunicación llegaron a la casa de Flavio Aprile antes que la Policía y el Grupo Halcón. Tenían el dato de que era inminente la detención de “el profesor bomba”, quien presuntamente había llamado al Poder Judicial de Quilmes tres días antes y había advertido, con su voz distorsionada, que el fiscal de Quilmes, Pablo Leguizamón, iba a ser el próximo Nisman.
“Cortaron las calles del barrio donde vivo y volvieron a allanar mi casa. Rompieron todo, al igual que en el 2017. Entró una fiscal y le dije que no tenía nada que ver. Estaban buscando la carpeta azul. La encontraron y sacaron lo que había dentro: papeles y un chip que había puesto a nombre de mi viejo”, le cuenta a diario Hoy Aprile.
Los medios de comunicación hablaron horas del “profesor bomba” y también indicaban que “había sido allanado y acusado en 2017” por las amenazas, pero que “la causa no avanzó con éxito”.
En la foto que circulaba por todos los portales web de noticias y canales de televisión se lo veía a Aprile esposado, con un casco y un chaleco antibalas, rodeado de policías que se lo llevaban detenido. Era la foto deseada por los funcionarios de la gestión Vidal, quienes se animaron incluso a ir más allá y acusarlo de kirchnerista.
“Yo soy afiliado al radicalismo desde 1994”, recuerda Aprile a este diario. Pero indicar que era kirchnerista le daba a cualquier detenido un valor extra por esos días.
La carpeta azul
Luego de lo que le ocurrió en 2017 (contado en la edición de ayer), Aprile quedó muy angustiado. Todo lo que recolectaba en su investigación paralela para demostrar su inocencia (que no había llamado al 911 para decir que había una bomba en el Normal de Quilmes) lo guardaba en una carpeta azul.
Con ella llegó el 2 de julio de 2018 a la Secretaría de DD. HH. del municipio de Quilmes a una entrevista informal con el dueño de uno de los dos multimedios (y de otros negocios) de la ciudad.
El docente había recurrido días antes a la oficina de DD.HH. en busca de ayuda y al poco tiempo la persona que lo recibió lo llamó porque le había conseguido una charla con un periodista que quería hablar con él.
En la reunión, Aprile le mostró la resolución del Enacom sobre los chips prepagos. También le enseñó un chip que, apropósito, el profesor de Matemáticas había registrado a nombre de su papá (fallecido en 2009) para demostrar que el sistema dejaba registrar a cualquiera sin el consentimiento de la persona.
“Llevé todo lo que tenía en una carpeta azul. Dentro tenía varias fotocopias de resoluciones, datos de quienes eran los funcionarios. En esa reunión hablamos, quedó en la nada, pero vio que yo tenía toda esa información”, rememora Aprile, y añade que le pidió al periodista que dejaran de sindicarlo en sus medios de comunicación como el autor de la amenaza al Normal en 2017.
Amenaza a un fiscal
“El 3 de julio hicieron una llamada a los tribunales de Quilmes amenazando de muerte a (Pablo) Leguizamón, que justo era el fiscal de mi causa del 2017. Cortaron la calle Yrigoyen y evacuaron el Poder Judicial. Esa llamada decía que el fiscal iba a ser el próximo Nisman. La causa la agarró el fiscal (Jorge) Saizar”, le cuenta a este medio el docente de Matemáticas.
Casualidad o no, la amenaza en el Poder Judicial fue el día después de que Aprile tuvo la reunión en la Secretaría de DD. HH. Tres días más tarde, la Policía iba a volver a su casa a allanarlo, iban a revolver toda su casa hasta encontrar la carpeta azul para secuestrarle toda la información que contenía y llevarse también el chip.
Los días posteriores
“A la semana, el abogado de la municipalidad de Quilmes declaró que el chip que llamó al juzgado estaba a nombre de Martiniano Molina. Eso es cierto porque lo dice la causa”, señala Aprile, pero se enfurece cuando recuerda que el defensor del municipio lo acusó de realizar el llamado.
“El chip nunca se encontró y eso prueba la causa inventada”, le dice el profesor de Matemáticas a este diario, como así también añade que la llamada está transcripta, pero que nunca apareció el audio.
“Del llamado de amenaza de muerte al fiscal nunca supieron desde donde llamaron. Ni siquiera hay audio de la llamada en el 911, pero sí en el expediente hay una transcripción del audio”, explica el docente.
También se indigna cuando recuerda que los medios señalaban que le habían encontrado en la casa un distorsionador de voz. De hecho, la Policía hizo con ese objeto la típica foto de lo secuestrado en el operativo y que sale en los portales de noticias cuando se cuenta el hecho. Sin embargo, la Policía no se llevó el objeto encontrado: era un manos libres para hablar en el auto, un car speaker.
El sobreseimiento
El 15 de julio de 2019, Flavio Aprile fue sobreseído de la causa. La misma por la que la Justicia bonaerense montó un show mediático-judicial un año antes y que fue portada de los portales web de noticias más importantes del país. Otros dos docentes (Mario Jiménez es uno y se contó su historia en este medio) también sufrieron las mismas operaciones, ¿por estar también afiliados a Suteba y por, algunos de ellos, comulgar con el kirchnerismo?
“En octubre de 2018 me sumariaron y ahora me llamaron para decirme que no tienen nada. Hablé con una sumariante y me dijo que no hay nada, pero como me falta el juicio (de la causa del 2017) no pueden sobreseerme. Cuando sea el juicio y me sobresean, me sobreseen allí también”, explica Flavio que recuerda que lo primero que le preguntó su abogada fue: “¿Vos sos K?”.
Sobre lo que vivió, el docente señala que todo “va a quedar como nada”. “Van a decir que hubo un error y entonces yo vuelvo al aula y acá no pasó nada. Y eso es lo que más me duele”, dice Aprile, quien busca que esto se sepa para que en el país no vuelvan a ocurrir estas cosas. Aprile recuerda que él “era el profe K que había llamado” y que por eso “armaron todo un circo”. También apunta duramente a la Justicia.
“Los fiscales nunca investigaron. Esto fue una apretada. A mí en octubre de 2018 me suspendieron y mi abogada me dijo que dejara a mi abogado privado. Me dijo que ellos me ofrecían las seis causas por tres años. Te imaginarás lo que le contesté. Me querían apretar. Querían que me autocondenen”, dice Aprile. “¿Sabés cuál era mi destino? Ser la portada de Clarín. Condenaron al profe bomba y punto. Y ahí se terminaba, pero a mí me cagaban la vida”, finaliza el docente.