Se suicidó tirándose al foso del Teatro Argentino
Un adolescente de 17 años se quitó la vida arrojándose al cuarto subsuelo del establecimiento. Dejó una carta para su familia, despidiéndose
Conmoción, estupor y suma confusión se vivió durante la madrugada de ayer en pleno centro platense, más precisamente en el edificio del Teatro Argentino, cuando el cuerpo de un menor de 17 años apareció tirado en el cuarto subsuelo, señalaron fuentes policiales.
“No me entierren, quémenme”, se leía, palabras más, palabras menos, en un papel encontrado dentro de la mochila del sujeto, por lo que los pesquisas orientaron la investigación hacia el camino del suicidio, además de no tener por el momento otros elementos que hagan creer que pudo haberse tratado de una muerte con otras personas implicadas, aunque en un principio se manejó la hipótesis de que podría tratarse de un skater, que cayó al vació mientras practicaba la actividad.
La noticia se conoció alrededor de las 7, cuando un empleado de mantenimiento del Teatro, Pablo Daniel Caneva, escuchó un fuerte ruido proveniente del cuarto subsuelo, a la altura de las calles 53 entre 9 y 10. Cuando fue a ver lo que había ocurrido, se topó con el cuerpo del adolescente, recostado sobre su decúbito dorsal y, a simple vista, sin vida.
El trabajador se comunicó de inmediato con el servicio de emergencias 911 y en pocos minutos se hicieron presentes agentes de la comisaría Primera, al mando de su titular Marcelo Cifuentes, y una ambulancia, cuyos médicos constataron el deceso de la víctima.
El joven tenía entre sus ropas una cédula de identidad, por lo que fue identificado oficialmente. Su nombre era Alejandro, domiciliado en 610 entre 123 y 124, de Villa Ponsati. “Además de la mochila, no había otro elemento alrededor del cuerpo del joven”, agregó la fuente policial. La víctima vestía una remera azul de mangas cortas, bermuda de jeans, zapatillas azules y blancas y una campera.
Luego de trabajos de reanimación vanos, se hicieron presentes peritos de la Policía Científica, quienes trabajaron en el lugar.
La carta
“Okey, no quiero que me metan en un cajón ni que me hagan un velatorio; crémenme y tiren mis cenizas en algún lado porque tampoco quiero estar en una de esas urnas funerarias. Eso es lo que quiero”. Esas fueron las palabras escogidas por el joven, escribiéndolas sobre el ticket de carga de la tarjeta SUBE.
Álvaro Garganta, titular de la UFI número 11 tomó la instrucción del caso, que caratuló como “suicidio”.