La familia del repartidor que falleció en octubre pasado asegura tener sobradas pruebas científicas para demostrar un presunto brutal accionar de tres agentes de la Fuerza. La causa pasaría del fuero culposo al doloso.
Héctor Ramón Costilla, un joven de 28 años, padre de cinco hijos y repartidor de un negocio de comidas, murió el 7 de octubre pasado en Tolosa. De acuerdo a la versión policial, se trató de un accidente de tránsito. Sin embargo, la familia descree de esa teoría y habla de un crimen perpetrado por tres integrantes de la Fuerza que venían persiguiéndolo. Según manifiestan, cuentan con suficientes pruebas científicas para que la causa pase, como esperan, de la esfera judicial de lo culposo a lo doloso.
“Lito” murió a las 23.50 del citado día en 524 entre 120 y 121. Voceros oficiales indicaron que circulaba a alta velocidad a bordo de una moto Honda Wave y perdió el control al pisar un pozo de la calle. Cayó y se golpeó contra el asfalto, falleciendo en el acto.
En diálogo con Trama Urbana, su hermana Daiana desmintió aquella secuencia y dijo que tienen evidencias acreditadas en el expediente.
Narró que su familiar había terminado la cena por una celebración de aniversario y “fue a llevar a un amigo a la casa. Lo dejó y fue para la suya, pero no llegó porque fue brutalmente asesinado. Cuando arribamos al lugar del hecho quisieron hacernos creer que murió porque agarró un pozo a alta velocidad y no es así. Por las cámaras de seguridad vimos que lo venían persiguiendo tres efectivos en dos motos de la Policía. Lo mataron”.
“A 30 km/h máximo”
“Los peritos (que analizaron el caso) desmintieron que fuera rápido y dijeron que iba a 20 o 30 kilómetros por hora y que hubo una fuerza externa contundente que hizo separar el cuerpo de la moto”, agregó.
Además, indicó que “no coincide” cómo quedó el cadáver con el ciclomotor, de haberse tratado de un accidente. “Para que el cuerpo haya quedado así tuvo que haber caminado o tuvieron que correrlo y acomodarlo como estaba. Quedó a siete metros de la moto y si venía a 30km/h es imposible que volara tan lejos”, explicó Daiana. “Tenía las costillas derechas fracturadas y él estaba desparramado en forma fetal del lado izquierdo. Si voló y, fue un golpe seco que lo mató en el acto, es inexplicable que se haya roto las costillas derechas y no las izquierdas, con las que cayó”.
Luego añadió: “La ropa estaba intacta, como si nunca hubiera tenido un accidente y, si rodó, se supone que debía estar toda rasgada. Tenía el tabique roto pero el tapaboca intacto. ¿Pudo haber golpeado con el asfalto y que el tapaboca no se mueva? Y si golpeó con el pasto, tiene que estar manchado o tener barro, pero no tenía nada”. Y puntualizó: “Tres peritos analizaron la causa: el oficial de la fiscalía, uno de parte y otro que pusimos nosotros para hacer una interconsulta, y los tres coincidieron en que a Lito lo golpearon y que tuvieron que acomodarle el cuerpo porque jamás pudo haber terminado como quedó en relación a la moto. No coincide. Es imposible”.
“Es todo mentira”
Según manifestó Daiana, los tres uniformados (este medio los identificará con las iniciales de sus apellidos: A, R y M) entraron en varios sinsentidos. “A se fue de la escena del crimen de 524 y llegó hasta 527 y los otros dieron una vuelta manzana, donde según dijeron, un transeúnte los frenó para decirles que había un chico sin vida. No hay cámaras donde se vea a este peatón con R y M. Es todo mentira. Los tres cometieron un montón de irregularidades porque nunca modularon que venían en persecución siguiendo a mi hermano”.
También contó Daiana: “Empezaron a seguirlo en diagonal 74 hasta que apagaron las luces y lo cruzaron en 524 y 121. Nunca hubo una modulación. Cambiaron el acta de procedimiento porque al principio dijeron que el transeúnte los paró en 524 y después lo modificaron para decir que fue en 525. Se pasaron de jurisdicción y ya no les correspondía estar donde estaban. Falsificaron el libro de guardia y pusieron que a las 23.38 salieron a recorrer, y el accidente fue 23.40. En dos minutos no pudieron hacer tantas cuadras. Hay muchas mentiras que lo único que hicieron fue acrecentar las sospechas de que ellos lo mataron”.
Mecánica del hecho
La familia de Lito está convencida de que lo asesinaron y la pregunta que se les desprende es cómo. “Hay un testigo que vio cuando una moto policial se puso atrás de la de mi hermano y otra al costado. Desde esta última le pegaron una patada, creemos que en las costillas. Se agarró ahí por el dolor, soltando el volante. Se cayó, se levantó, hizo unos pasos y le dieron un golpazo o un escopetazo en la cabeza, con lo que lo terminaron de matar. Por eso caminó y el cuerpo no coincide con dónde estaba la moto. No lo atropellaron. Lo golpearon”, señaló Daiana.
Por último, dijo: “Ahora pedimos que la causa pase a doloso y estamos a la espera de los análisis de ADN de la sangre que había en la moto de mi hermano. El fiscal dijo que ya teniendo lo que pusieron los peritos, es motivo suficiente para trasladarla a doloso”.