Ataque a la libertad de expresión: incendiaron un puesto del diario Hoy

Por segunda vez en menos de dos semanas, sujetos desconocidos atentaron contra la libertad de expresión al vandalizar durante la noche de ayer uno de los puestos verdes del diario Hoy, ubicado en Villa Elvira.

En esta ocasión, directamente lo prendieron fuego, causando daños totales y, pese a que el brutal ataque se materializó en una esquina donde hay un domo de seguridad, hasta el momento nada se sabe de los responsables.

El hecho genera todavía más indignación debido a los constantes embistes que viene sufriendo el medio desde su reapertura, como el decomiso de computadoras, que impide llevar a cabo las tareas laborales, y la discriminación publicitaria.

El ataque, tal como sucedió el pasado 3 de agosto, tuvo como blanco la garita emplazada en calles 80 y 120. Hasta allí llegaron individuos todavía no identificados, con claras intenciones de generar daño y silenciar las voces de este medio, que se dedica a informar la realidad tal cual es.

Fuentes policiales le confirmaron a Trama Urbana que allí hay una cámara de seguridad, por lo que están analizando las imágenes para intentar dar con los implicados, aún prófugos.

Lo más importante, más allá de la pérdida económica de $60.000 por la destrucción del puesto, es que los agresores, que actuaron con total deliberación, buscaron cercenar el puesto de trabajo de quien allí cumple sus funciones todos los días.

Antecedente

Llama la atención la reiteración del ataque sobre el mismo puesto, ya que el día 3 del presente mes había ocurrido otro suceso de graves características. En esa ocasión, dos hombres agredieron a palazos al canillita, para después huir a las corridas.

Por lo que contaron los voceros en ese momento, los salvajes fueron dos vendedores ambulantes de comestibles, quienes llevan a cabo su tarea de manera ilegal. Tiempo atrás ya habían generado destrozos en la garita, sustrayendo elementos y ejemplares del diario de su interior, tras violentar el candado.

Trabajar a pesar de todo

A pesar de la destrucción total de la garita causada por el salvaje acto, el canillita se presentó, como todas las mañanas, en su lugar de trabajo. Un hecho destacable entre tanto odio.