Fue durante la madrugada en la zona de 116 y 70 y habrían ingresado por los fondos de la propiedad. Al momento no hay detenidos.
Un número no identificado de delincuentes ingresó a una vivienda del barrio El Mondongo cuando el propietario no se encontraba y sustrajeron diversos elementos de valor. Por el momento, poco se sabe de los autores del hecho.
Según indicaron vecinos que se comunicaron con Trama Urbana, el ilícito habría tenido lugar durante la madrugada del 31 de enero, cuando desconocidos ganaron el interior de una casa de la zona de 116 y 70 tras ingresar por los fondos.
Luego de forzar la entrada, ingresaron a la casa y comenzaron a revisar cada rincón del inmueble, apoderándose de todo objeto de valor que encontraban a su paso, entre ellos una computadora portátil y zapatillas. Ya con el botín en su poder, y antes de ser descubiertos, los maleantes huyeron con rumbo desconocido.
Por su parte, el damnificado no descubrió lo sucedido hasta horas más tarde, cuando regresó a su hogar y se encontró con la entrada abierta y varios faltantes, además de la rotura de un caño de agua. Para poder esclarecer lo sucedido, será necesario el análisis de las cámaras de seguridad de las inmediaciones. No obstante, al cierre de esta edición nada se sabía sobre los implicados.
Cabe recordar que, como bien viene informando diario Hoy en ediciones anteriores, en las últimas semanas se han cometido varios robos en la zona: en 120 y 68 se llevaron dos bicicletas del interior de una casa, en 3 y 66 delincuentes armados asaltaron a un ciclista y en 121 entre 68 y 69 cuatro motochorros atacaron un kiosco.
Sin embargo, el peor de los hechos fue el que sucedió en 2 y 71, donde dos motochorros atacaron a una jubilada que volvía de vacunarse contra el coronavirus y la sorprendieron cuando estaba en la casa de un familiar. Uno de ellos se bajó de la moto y la apuntó en la cara con un arma.
Llena de pánico, la mujer atinó solamente a darle lo poco que tenía, que era su reloj, tras lo cual el hampón volvió a la moto y escapó con su cómplice. Fueron escasos segundos, pero toda la situación fue una eternidad para la damnificada, que quedó completamente a merced de los maleantes.