Ante un nuevo hecho delictivo que tuvo lugar esta madrugada, los residentes del barrio prometieron armarse
Saciados de los robos y, sobre todo, de la vista gorda policial, los vecinos de El Mondongo comienzan a pensar seriamente en la posibilidad de armarse para combatir a los delincuentes, ante un nuevo hecho de inseguridad que se registró durante la madrugada de ayer.
Los propios lugareños contaron que un grupo de malvivientes se acercó nuevamente hasta el edificio ubicado en las calles 115 entre 64 y 65, alrededor de las 2 de ayer.
Sin pérdida de tiempo, y amparados por la impunidad, forzaron un portón, lo dañaron y ganaron el interior. Una vez adentro, agarraron una moto que estaba en el lugar y se fueron con ella.
Sin embargo no pudieron llegar lejos, porque varios frentistas oyeron ruidos extraños y, entre todos, terminaron ahuyentándolos. Los cacos dejaron entonces el ciclomotor tirado.
“Tiempo al delincuente para escapar”
Ante los recurrentes asaltos, en un barrio que no tiene paz y acumula a diarios nuevos sucesos, los vecinos alzaron la voz para patentar su disconformidad con la nueva cúpula policial, que tomó el mando en octubre y desde entonces “todo fue para peor”, según adujeron.
“Seguimos con los motochorros y las entraderas en casas, edificios. Lamentablemente en el tema inseguridad estamos destinado al fracaso, me da mucha bronca. Al Estado irresponsable no le interesan sus ciudadanos, quienes pagamos nuestro impuestos y no tenemos ninguna protección. Lamento mucho lo que les pasó a todos los vecinos del edificio”, indicaron desde la Asamblea Vecinal de El Mondongo.
“Así tenemos que estar, hasta por defendernos tenemos que cargar con un muerto. Un Estado ausente, que solo dan gastos”, afirmó un residente del área y otros expusieron: “Los tienen de hijos en ese barrio (los malvivientes a los habitantes). No podés salir después de las 22”, “Qué desastre: entran como quieren. Se vive una inseguridad terrible y el barrio está sin vigilancia, a mano de Dios”.
Explicaron: “La zona está liberada y te das cuenta cuando llamás al 911 y no mandan patrulleros o lo hacen una hora después, para darles tiempo a los delincuentes a escapar. Estamos haciendo lo que el Estado no hace: nos estamos armando contra la inseguridad”. “Hacemos las denuncias, o intentamos porque muchas veces desde la comisaría no las toman. Estamos atados de pies y manos porque no vemos respuestas de las autoridades. Dependemos de nosotros mismos, como en el Lejano Oeste, cuando en realidad estamos en plena ciudad de La Plata”, concluyeron.