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Habló la expareja de la policía que mató a su hijo: “Tenía antecedentes psiquiátricos”

Una oficial de la Policía de Córdoba, de 34 años, mató de un disparo a su hijo de 10 e hirió gravemente a su hija de 7. Posteriormente, intentó suicidarse.

El pasado domingo por la mañana una mujer policía asesinó a tiros a su hijo de diez años e hirió gravemente a su niña de seis, para luego intentar suicidarse en una vivienda de barrio Observatorio.

La protagonista del hecho fue identificada como Mayra Barreto, de 34 años e integrante de la Policía provincial, mientras que le chico asesinado se llamaba Tiziano.

Horacio, expareja de Barreto y papá de las víctimas, manifestó esta mañana a canal 12 de Córdoba que ella tenía “problemas psicológicos y antecedentes psiquiátricos” desde la época en que la mujer pertenecía al Ejército Argentino, del que pidió la baja cuando nació el hijo asesinado.

Durante su estadía en el Ejército “había querido dañar a una compañera con un FAL (fusil automático liviano) y fue internada. Había salido bien del tratamiento», recordó su expareja.

Desde hace un poco más de cuatro años que Barreto cumplía funciones en la Policía provincial y convivía con su nueva pareja, un integrante del Servicio Penitenciario local con el que, según las declaraciones de Horacio, mantenía una “relación tóxica, de violencia y con amenazas de muerte” frente a los chicos.

A la mujer “hace un mes le habían devuelto el arma reglamentaria”, afirmó, aunque fuentes de la fuerza de seguridad provincial negaron que tenga antecedentes psicológicos o psiquiátricos.

“Se sentía perseguida por personas imaginarias, eran cosas que solo estaban en su cabeza. No estaba bien. Veía una persona que le hablaba”, sostuvo Horacio y añadió que ya estuvo internada en una clínica psiquiátrica.

Horacio relató que ayer por la mañana la mamá de sus hijos lo llamó y le pidió “perdón” por lo que iba a hacer.

“Me dijo que le había prometido a los chicos que adonde ella iba ellos se iban con ella. Le dije que se tranquilizara y que yo la podía ayudar», añadió, pero la mujer le respondió «‘nadie me puede ayudar’” y luego le envió un audio despidiéndose, según contó.

Lo ocurrido

Todo se inició en horas de la mañana cuando un hombre llamó desesperado al teléfono 911 y comunicó que su expareja tenía la intención de quitarse la vida.

Una vez que arribaron al lugar, los uniformados se encontraron con la colega manifestando, al igual que lo había denunciado su expareja, sus pretensiones de suicidarse.

Mientras los policías intentaban hacer desistir de su intención a Barreto, la mujer se introdujo en la vivienda.

Luego, los uniformados entraron en la casa y se encontraron con un cuadro horroroso. La mujer había asesinado a su hijo Tiziano de un disparo en la cabeza, mientras que también había herido a la hija de apenas seis años de un tiro en el abdomen.

En cuanto al estado de salud de la niña, el padre reveló que se encuentra «estable» en terapia intensiva del Hospital de Niños, sin asistencia para respirar.

«Está muy asustada. Me dice que vio todo. Me pregunta por su mamá y su hermanito. No entiende por qué está internada”, manifestó Horacio y añadió que no entiende “qué le pasó por la cabeza» a su exmujer «para hacer esto”.

Por su parte, la mujer se encuentra internada en el Hospital de Urgencias en estado “crítico y reservado”, informaron fuentes médicas.

En ese momento, la mujer policía se realizó un disparo en la cabeza y resultó herida.

La pequeña fue llevada en un móvil policial al Hospital de Niños y la mujer fue trasladada al Hospital de Urgencias: madre e hija quedaron internadas en estado delicado. Según se conoció, Barreto había vuelto a estar en funciones tras gozar de una licencia.

Según lo investigado hasta el momento y en contradicción a lo afirmado por la expareja, desde la Policía de Córdoba afirman en que no tienen registros oficiales de que esta mujer hubiera estado internada en una institución de salud mental.

En esa misma línea, atribuyeron la información a versiones de familiares. Cabe destacar que, en un principio, desde la fuerza argumentaron que la agente de 32 años no tenía historial en relación a condiciones psiquiátricas y que «estaba en condiciones de portar su arma reglamentaria».

Desde la propia Policía también trascendió que «había sido evaluada en octubre por profesionales en psicología, quienes hicieron la valoración correspondiente».

Por otro lado, también hubo conmoción por parte de quienes habitan en el barrio. “La relación con sus hijos era buena, era una familia normal. Estaba en pareja, no me esperaba semejante tragedia”, señaló uno de los vecinos al ser consultado por la tragedia.

En el hecho tomó intervención la Fiscalía de Violencia Familiar Turno 5, a cargo de María Celeste Orta.

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