Pidieron elevar a juicio la causa contra el cura Sidders por presunto abuso sexual
En tanto, la defensa del sacerdote solicitó el sobreseimiento. Tanto el requerimiento del fiscal como del abogado del acusado deben ser resueltos por el juez Crispo.
El fiscal Álvaro Garganta pidió la elevación a juicio de la causa en la que investigó al cura Raúl Anatoly Sidders (60), por presunto abuso sexual agravado hacia una joven cuando esta era menor de edad y concurría al Colegio San Vicente de Paul de La Plata.
Antes de resolver si hace lugar al requerimiento, el titular del Juzgado de Garantías n° 6, Agustín Crispo, le corrió el traslado del expediente (por el lapso de 15 días) al abogado del imputado, Marcelo Peña, quien le confirmó a diario Hoy que solicitó el sobreseimiento de su asistido. En caso de que el magistrado rechace tal pedido, ahí recién el letrado recurrirá a la Cámara de Apelaciones.
“También hay un pedido de evaluación de falsa denuncia porque es un caso inverosímil por donde se lo mire. No existen elementos probatorios que puedan dar realidad, sino más bien tiene un marco político, el cual estamos investigando. Por otro lado, está la solicitud de sobreseimiento, que no tengo dudas que se va a resolver de esa forma, porque ir a juicio con esta situación de una denuncia de hace más de 11 años, con los elementos colectados, hasta el momento, no podría ningún tribunal del país sostener esta acusación”, explicó Peña.
La investigación
Según la investigación, los abusos habrían ocurrido entre 2004 y 2008, cuando la chica tenía entre 11 y 15 años. Sin embargo, cuando el acusado solicitó arresto domiciliario, el fiscal acompañó el pedido, por lo que Sidders se encuentra cumpliendo prisión preventiva en un country de la localidad bonaerense de Pilar con monitoreo electrónico (pulsera y GPS) y control periódico del Patronato de Liberados de la provincia de Buenos Aires, luego de haber pasado seis meses detenido en el penal de Lisandro Olmos.
De acuerdo con el expediente, la denunciante (Rocío) fue sometida a varias formas de abusos que “le provocaron un grave daño en la salud mental. Asimismo, durante igual período y en las habituales ocasiones en que le recibía el sacramento de la confesión, corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”.
El sacerdote afronta cargos por “abuso sexual gravemente ultrajante, por su duración en el tiempo y circunstancias de su realización, doblemente calificado por resultar un grave daño en la salud mental de la víctima, y por ser el autor ministro de un culto religioso, en concurso real con corrupción de menores calificada por ser la víctima menor de 13 años”.