City Bell

Un mal de nunca acabar

Por segunda vez en 24 horas robaron en una escuela de City Bell, donde se llevaron lo poco que quedaba. Desazón y tristeza de las autoridades. Horas después, el botín fue encontrado 

De manera prácticamente milagrosa, evitaron los ilícitos durante 14 años, sin embargo,   de un día para otro, todo cambió. En apenas 24 horas ya les robaron dos veces: la primera, durante la madrugada del martes, y la última, en el mismo rango horario pero ayer. Se trata de un colegio del barrio Savoia de City Bell, donde los delincuentes regresaron y se llevaron lo poco que quedaba, anunciaron desde el mismo centro educativo. 

Las autoridades policiales no albergan duda alguna: se trata de la misma banda de ladrones, que volvió a la Escuela Secundaria número 80 “María Elena Altube”, emplazada en 7 bis entre 474 y 475, para apoderarse de lo que no habían podido trasladar durante su primera visita. “Ni siquiera les dieron tiempo para implementar alguna medida de seguridad, como una alarma, más allá de que sí lograron cambiar las cerraduras”, expresó por lo bajo un vocero de la fuerza. 

“El barrio está cada vez más inseguro, pero que nos asalten dos veces en menos de 24 horas es mucho”, se lamentó ante diario Hoy la directora del lugar, Carolina Del Curto, quien agregó: “Un robo a una escuela es como que te roben algo sagrado; es peor que que te entren a tu casa, porque nosotros hacemos un trabajo que trata de dar herramientas para dar oportunidades”. Por último, admitió: “Estamos conmocionados, muy tristes. Cuando me llamaron para avisarme que habían vuelto a entrar, no lo podía creer. Se llevaron todo”. 

Un arsenal de elementos 

En total, en ambos ilícitos, los maleantes se apoderaron de veinte notebooks, computadoras de escritorio, un equipo de música, material de estudio, un telescopio de laboratorio y hasta patines pero, además, generaron destrozos en la dirección y la secretaría, rompieron ventanas y ensuciaron los pisos arrojando la basura de los tachos. 

Cerca del mediodía de ayer, personal del Comando de Patrullas, a cargo de Ricardo Astopini, logró recuperar parte del botín, que estaba “escondido en un descampado, detrás de la escuela. Era mucho para llevárselo de un tirón”, reconoció un pesquisa, a la vez que señaló que de los autores del hecho aún no se sabe nada. Los elementos encontrados fueron dieciséis computadoras portátiles, diez pelotas de tenis, dos luces de exterior, un CPU, dos lámparas, una cámara de seguridad y un teclado.

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