“La posibilidad que me dio Verón me cambió la vida”

Tras estar alejado muchos años del Pincha, José Luis Brown se reencontró con su primer amor. Aceptó la invitación del presidente y comenzó a trabajar en el staff de divisiones inferiores. Estudiantes recupera a un referente del equipo campeón de los '80, que asegura que por un problema de salud “hace 4 meses no me conocían de lo mal que estaba” 

Abanderado de Estudiantes en la última gran gesta de la Selección Argentina en el Mundial de México y referente indiscutido del equipo campeón de los '80, el Tata Brown es un emblema indiscutido en la vida de Estudiantes. 

José Luis, el chico que se venía a dedo desde Ranchos en los ´70 para pelear un lugar entre los campeones del mundo y que vivió mucho tiempo en el DEMO, hoy está de regreso para sumar su experiencia dentro de la estructura del departamento del fútbol juvenil. 

En el último clásico con Gimnasia, hace poco más de un mes, el Tata forzó un encuentro en la zona de palcos con Sebastián Verón, con la excusa de presentarle a su hijo Diego, de diez años, quien quería saludar al ídolo del club. 

“Fue espontáneo. Sebastián me preguntó qué estaba haciendo. Yo le dije la verdad. Que estaba sin hacer nada más que las charlas y las invitaciones que me ofrece el municipio de Ranchos y de Belgrano. Entonces me convocó para tener una reunión en el Country y fui”, relata el ex defensor campeón del Mundo, quien hace cinco meses sufrió una extraña enfermedad que lo llevó a perder temporalmente la memoria. 

“Si me veías hace cinco meses no me conocías por lo mal que estaba”, explicó en la charla exclusiva que mantuvo con El Clásico en el Country de City Bell. 

¿Ahora cómo estás?

Por surte muy bien. LA propuesta de Sebastián (Verón) me cambió la vida. Me vine abajo por no trabajar, por estar sin actividad. Acá estoy feliz, Estudiantes es mi casa. Es mi lugar. Incluso mi hijo ya me pide que nos volvamos a vivir a City Bell para que pueda empezar a jugar acá. 

¿Y de qué juega?

¡Y de qué va a jugar! Un hijo mío no puede jugar en otro puesto que no sea el de defensor. Un día en el pueblo un técnico lo quiso probar de delantero y lo mandé a llamar para decirle ‘¿vos estás loco? ¿cómo un hijo mío va a jugar de delantero? Mandalo a la defensa’ Y así fue como Diego se hizo defensor. 

¿Tuviste que hacer algún tratamiento para recuperarte?

Por suerte con mi señora encontramos el profesional justo para lo que me pasaba. No era una patología definida. Pero por momento estaba parado y no reconocía el lugar en donde estaba. Era algo muy raro. Este médico me encontró la vuelta y EStudiantes me devolvió la alegría que había perdido en el ambiente del fútbol. 

¿Con Batista te hablás?

Sí, claro. Somos amigos. Nos tocó separarnos por cosas de la vida, pero seguirnos con una buena relación. 

¿Y con Maradona?

También. El otro día se lo cruzó a mi hijo Juani que está trabajando en Arabia y me mandaron un video a través de un mensaje. Me mandó un saludo muy afectuoso por todos los momentos que vivimos juntos. 

¿Cómo encontraste al Country después de tanto tiempo?

Esto ha crecido mucho. Está cada vez mejor. Hay una camada de chichos que pueden dar el gran salto y nosotros tenemos que colaborar para eso. 

¿Qué es puntualmente lo que hacés en esta nueva etapa?

Recorro las canchas, evalúo los entrenamientos y por sobre todo me reúno con los jugadores. Hay una necesidades recuperar los valores que siempre inculcó este club. En Estudiantes es sagrado el ´buenos días´, o el 'buenas tardes´. El martes me tocó hablar con los chicos de la novena, por ejemplo, y les expliqué mis vivencias en el club. Del sacrificio que tienen que hacer para llegar a ser jugadores profesionales. De la conducta que tiene que tener en el paso formativo. 

Pero no todos llegan...

Claro. Por eso hay que estar preparado y dedicarle todo el sacrificio posible a esto. Yo cuando en la escuela me preguntaban a fin de año que quería cuando sea grande terminaba escribiendo en un papel: 'jugador de fútbol'. Y me tocó llegar después de venirme a dedo desde Ranchos para entrenarme y probar.

Hoy te encuentra el Bocha Flores y la Bruja padre compartiendo todas las mañanas, 

¿Cómo fue el reencuentro con ellos?

Ahhh, hermoso. Ellos son las verdaderas glorias del club. Recuerdo que cuando yo empezaba a concentrar lo tenía al lado a Juan Ramón en la habitación. Cuando él apagaba la luz yo me tenía que dormir. El respeto hacia los más grandes es sagrado en este club. Esto es un poco por lo que estamos trabajando desde abajo. 

Se te nota feliz describiendo tu nueva actividad...

Me siento útil. Esto me cambió todo. Me cambió hasta en la relación con mi familia porque estamos todos contentos y felices. Eso algo espectacular e increíble.

¿Puede decirse que Verón te abrió las puertas que en otro momento te cerraron otros dirigentes?

Sí. Estoy muy feliz que Sebastián me dio esta posibilidad para hablar. Me permitió volver a trasmitir lo que significa Estudiantes en mi vida. Para mí Estudiantes es sagrado.