La maldición de los gobernadores bonaerenses, la obra sobre un mito local

Este sábado se presentará la pieza teatral basada en una leyenda nacida en la ciudad. En diálogo con este medio, el dramaturgo Fabio Prado González habló sobre la puesta que vincula a expresidentes y brujas nacidas en Tolosa

La leyenda cuenta que el expresidente Julio Argentino Roca  mandó a profanar la caja enterrada en la piedra fundacional de La Plata con objetos conjurados bajo ritos masónicos. Ese cofre contenía oro, un mapa original de la ciudad, vinos de gran calidad y una carta de Dardo Rocha. Además, la noche de San Juan de 1883, una bruja de Tolosa habría hecho un maleficio, a pedido de Roca, que le impidió al fundador de la capital bonaerense llegar a la presidencia. 

En ese mito se basó La maldición de los gobernadores bonaerenses, obra creada por el dramaturgo y director Fabio Prado González, quien en diálogo con diario Hoy habló sobre la trama de la pieza teatral que se presentará de forma gratuita este sábado a las 20 en el Pasaje Dardo Rocha.

—¿Cómo surgió este proyecto?

—En 2007 hubo un ciclo de teatro basado en la historia argentina que comprendía un período entre 1810 y 1853. Participé como dramaturgo en esa edición, escribiendo una obra que se llama En el fondo del mar, que todavía sigue presentándose. Esa pieza narra un supuesto encuentro entre la viuda de Cornelio Saavedra y Mariano Moreno en sus últimos días. Después no volví a participar hasta el año pasado cuando la Comedia de la Provincia abrió un concurso y lo amplió a mitos y leyendas. Soy platense y siempre me interesó la mitología de este lugar con respecto a su fundación, a las cuestiones de la masonería, los misterios en relación a la piedra fundacional. Así, me encontré con una leyenda que dice que el día de la fundación de La Plata, la piedra fundacional fue profanada por un grupo de partidarios de Julio Argentino Roca, que no quería que Dardo Rocha llegara a ser presidente. Se dice que estos  hombres llevaron a una bruja de Tolosa hacia la Plaza Moreno para que hiciera un hechizo. Ahí nace el mito de los gobernadores bonaerenses y su imposibilidad de llegar a la Presidencia. Sobre esta historia y acotándola a los parámetros que la Comedia de la Provincia exigía en cuanto a la cantidad de actores, llevé el relato directo a Roca, quien con un sirviente indígena va a Tolosa, donde se encuentra con la bruja y le presenta los elementos robados de la piedra fundacional. Allí le pide que haga una maldición para que ningún gobernador de Buenos Aires pueda llegar a la Presidencia de la Nación. Ese es el disparador.

—¿Cuánto tiempo de ensayo les llevó?

—Presenté el proyecto y gustó. El año pasado estuvimos un mes para poder mostrar una suerte de “trabajo en proceso” ante las autoridades de la Comedia y la gente que ellos eligieron como jurado, entre ellos un historiador y un dramaturgo. Después llegaron las vacaciones y para mayo de este año estábamos listos para estrenar. Además, tengo la suerte de trabajar con un elenco de actores profesionales como Ana María Haramboure, Federico Aimetta, Valentina Pizarro y Roberto Carlos Aceto, que pudieron afrontar el desafío de hacer la obra en un tiempo prudencial.

—¿Por qué recomendarías al público que vaya a ver esta obra?

—Porque se van a divertir mucho y porque más allá del entretenimiento que la obra procura, toca temas que nos interpelan a todos y cada uno de los argentinos. Por ejemplo, ¿por qué estamos cómo estamos?, ¿de dónde venimos como nación?, ¿cuáles fueron las luchas por el poder?, ¿qué se perdió en el camino? Además, no van a dejar de ver una serie de interpretaciones dignas de destacar, con actores formidables. 

—¿Cómo ves la escena actoral platense?

—Es variada, compleja, por demás productiva y potente. Hay tanta producción que no alcanzan las salas de teatro independiente. Me pierdo en el recorrido, conozco a los más viejos, me sumo a ellos, y hay una cantidad de jóvenes que hacen teatro que es imposible conocerlos a todos, incluso estando en este medio. Vi cosas excelentes y reconozco que hay propuestas que están muy bien hechas más allá de que me gusten o no. En la escena platense hay un gran amor al trabajo, no hay berreteada ni nada hecho de taquito. Existe la disciplina y una infinidad de estéticas para disfrutar. Hay propuestas para todos los gustos.

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