entrevista

Mariana Mactas: “Siempre quise hacer cine”

La reconocida periodista con múltiples intereses, que van desde la literatura al cine, presenta su debut como realizadora en el 25 BAFICI.

Un tal Mario marca el debut en la dirección de la comunicadora Mariana Mactas. Allí construye un perfil fuera del formato tradicional del cine documental sobre Mario Mactas, su padre, uno de los periodistas referentes de Argentina, y, en parte, uno de los creadores de una mirada particular sobre el periodismo. Hablamos con ella para conocer detalles de la película que tiene su estreno en el 25 Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI).

—¿Era un objetivo para vos estrenar tu primera película en BAFICI?

—Sí, es un festival que amo, que adoro y era como un sueño. Lo vengo cubriendo desde hace un montón, lo quiero, en particular aprendí muchas cosas de cine viendo películas. Era como muy soñado, sobre todo porque después de la pandemia, que fue la única vez en los 25 años del festival que no hubo edición, yo ya estaba medio con este proyecto y siempre era como una especie de horizonte de referencia. Mostré algo del work in progress, me hicieron una devolución y tuve la oportunidad de repensarlo y rehacerlo, obligándome a ser más creativa de lo que pensaba y estoy muy contenta de que la hayan seleccionado.

—¿Por qué Mario? Porque podrías haber hecho millones de proyectos y de millones de cosas, pero, ¿por qué tu padre?

—Mario apareció porque es un personaje divertido y tenía un buen personaje al lado. No me acuerdo bien quién lo comentó, pero tenía un buen personaje, es un tipo divertido y yo siempre quise hacer cine. Yo estudié Comunicación porque quería ser directora de cine desde que era chiquita, y estudié Comunicación porque en el momento en que empecé la facultad no había carrera de cine, entonces la hice con una opción audiovisual. Mientras cursaba empecé a escribir y seguí en esto, pero me gusta el cine y pienso en términos de imagen, lo que pasa es que la idea era como trasladar una manera de pensar de alguien, una mirada sobre las cosas medio original, no es parecida a nada la de mi viejo, hay imágenes, y eso era un poco lo que quise plasmar.

—¿Él aceptó de movida hacer la película?

—Se sintió superhalagado, después fue como un poquito más pudor que le surgió, no tenía ganas de revisar, porque de hecho nunca lo hizo, toda la cosa de la represión y la chupadera, nunca le interesó, y eso le costó un poco más también, lo de volver a su lugar de origen, lo del exilio. Y espero que la película no parezca como un regodeo en eso, le importaba mucho que no se regodeara en el exilio y en esas cosas. Porque, primero, quién es uno para venir a hacerse el que tiene carnet de exiliado, y él rechaza mucho todo eso, es como muy anti nostalgia y le parece como jactancioso ir por la vida como una especie de víctima, a pesar de que lo fue y lo fueron. Yo quería un poco plasmar cierta generación de periodistas, también, de cierto registro, de ese grupete de tipos muy cultos, muy formados un colegio nacional, a los que les cayó duro esa época. No es que secuestraron y mataron a nadie, pero ellos ni siquiera tenían una militancia política, esto no se lo merece nadie, pero estaban haciendo una revista de humor, creo que un poco ingenuamente porque era como obvio que no estaban las condiciones muy dadas para hacer ese tipo de humor. Pero bueno, no la vieron venir ellos, lo comentan en la película, y me parece que hubo ahí un montón de gente, una generación valiosa, interesante, de gente que estaba haciendo cosas muy interesantes, muy joven, haciendo cosas creativas y disruptivas, y que no tuvo mucha herencia.

—Y además me parece que hoy en día las condiciones tampoco están dadas para que suceda…

—Creo que en este sentido es un poco un poco arbitraria. Pero él también estuvo como en muchas cosas, en la revista GENTE, cuando era una revista que vendían miles de ejemplares por semana.

—¿Cómo fue trabajar con él? Más allá del vínculo que tienen, obvio.

—Fue un ejercicio interesante, un poco jugar me divertía, como a la directora y el actor, y obedeció, me decía que sí, repetía, algunos juegos, y yo creo que estuvo bueno tener cercanía y distancia a la vez. Porque tenía que haber un poco de distancia. Además, yo quería salir un poco de bueno eso de que hay muchos documentales de padres e hijos, e hijos de familiares, muchos son de los 70 y tienen que ver con exilio, con la represión. Hay como una sobreabundancia, creo que casi pasada de rosca en un momento, como que se presentaban muchos proyectos del estilo y yo quería salir un poco de eso. También me preocupaba mucho que no fuera una cosa muy televisiva y una de las cosas que descubrí es que un documental se va encontrando en la edición, va apareciendo, ahí se escribe por primera vez, lo cual es muy mágico y muy hermoso, pero es muy engorroso y muy trabajoso. La verdad que es un trabajo que lo hice muy sola en un punto, si bien mi hermana ayudó a producir, y Saula Benavente me orientó, que es una productora increíble y tiene claras todas las cosas. Pero después esta cosa de equipo inevitable, de hacer una peli, porque esa interlocución, digamos, que tuve con el editor, que se llama Carlos Torres Cisneros, genio, contrátenlo, me sirvió para acomodar lo demás creativo. Es gente a la que le tirás por la cabeza horas de material, como una montaña, y ven por donde va el rompecabezas. Y ahí hay algunas cosas, que todo ese material yo ya lo tenía marcado y tan codeó, pero en el momento de verlo hay un montón de cosas como eso no queda, yo lo pondría en la mitad, para mí abrir, viste, y ahí se va haciendo, lo cual, nada, lleva tiempo y es muy lindo, pero es todo lo contrario de una ficción.

—Claro, y es difícil darte cuenta en ese momento, digo, vos soñando hacer cine desde siempre y llegar y decir che, qué clase de esta película. Bueno, ahí le decías un poco esta devolución que te dieron como diciendo ya repensar, debe estar difícil.

—Es difícil porque, primero, es independiente, o sea, todo hecho como se pudo hacer. Si esa secuencia la hubiera hecho por ahí con un equipo más grande, con un director de fotografía. Fue como pidiendo un rato, por favor, a un hotel un poco como se pudo con un cámara que es un divino, pero que hizo todo lo que por ahí tenía que ver esos tres personas, entonces, capaz que en otras circunstancias, no sé, mi próxima película.

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