entrevista

Manuela Martínez: “Al gobierno no le mueve la aguja lo que se destina a la cultura”

La actriz y escritora vuelve con una obra en la que despliega su talento y carisma para narrar un relato sobre sueños, expectativas y vínculos.

Heredera de un linaje artístico ineludible, Manuela Martínez supo abrirse su propio camino en la actuación, la dirección, dramaturgia y escritura. Con la excusa de la vuelta de Paraguay los domingos en el teatro Astros, hablamos con Martínez.

—¿Cómo estás viviendo esta vuelta de Paraguay ahora en el Teatro Astros?

—Bien con mucha emoción porque es muy linda, el reconocimiento, y adaptarla ahora a un teatro así. Ya hace varios años que la hacemos, pero siempre es lindo hacer Paraguay. Ahora es como otra escala de repente y está buenísimo, es un desafío hermoso. Estamos muy contentos, muy entusiasmados con lo que está pasando.

—¿Imaginaron en algún momento cuando la arrancaron allá hace muchos años que tal vez esta oportunidad se iba a poder dar y de continuar haciéndola?

—No, para nada, fue un proceso muy lento. Por supuesto que hace un tiempo lo empezamos a imaginar, pero cuando arrancamos no. Cuando arrancamos, de hecho, fue algo que dijimos, bueno, a ver qué es esto que inventamos, porque fue una creación colectiva y no sabíamos si era un disparate, si iba a gustar, si iba a ser cualquier cosa. Y de repente dijimos, bueno, van a ser cuatro funciones nada más, a ver qué pasa para probar un poco esto y las funciones se llenaron y fuimos agregando así como de a poco, viste, y fue una recepción increíble del público, así que seguimos agregando y agregando. En la pandemia tuvimos que parar y ahí hubo que ajustar unas cosas. Paramos, hicimos luego en una sala con una capacidad reducida, temporadas más cortas y después tuvimos la suerte de ir a Madrid al Festival de Otoño, que eso fue increíble, también una experiencia hermosa que estuvo muy bueno y ahí fue como la primera vez que probamos la sala grande. Nosotros la hacíamos en el Morán, que es una sala bastante chica y sentíamos que había algo de esa sala que era muy bueno para la obra.

—¿Les daba un poco de vértigo?

—Cuando viajamos a Madrid había tres salas y confiamos en que la mejor función iba a ser en la más chiquita y la primera vez que la hicimos en la grande nos daba la sensación como que había que ver si se adaptaba bien y la verdad es que fue espectacular. Ahí fue como la primera vez que dijimos funciona, crece la obra, cómo podemos hacer como una adaptación linda. Y bueno, ahí un poco empezamos a pensar la posibilidad de buscar una sala más grande de acá, a la vuelta volvimos al Morán, que es como nuestra casa un poco y le tenemos mucho cariño. Y después Las Reinas fue al Astros, que también había nacido en el Morán, que es otra obra de las mismas directoras, y bueno, un poco escoltados por ellas mos invitaron a aprobar y ahí estamos.

—Y la gente responde y está funcionando, ¿cómo es para vos volverte, volver a encarnar este personaje, Natalia, habiendo pasado todo este tiempo, habiéndote transformado en madre?

—La verdad, lo disfruto muchísimo, siempre encuentro cosas nuevas, un poco Natalia, eso, es muy linda, porque esto lo hago hace tantos años que han pasado muchas “Natalias” en mí. Cada vez que la hago encuentro una escena, me resuena a un diálogo, de una manera diferente y eso está muy bueno. Como que creo que va creciendo a la vez que es un personaje que no importa tanto tampoco la edad que tenga, de hecho la hice embarazada también, son dos chicas se quieren ir a Paraguay que no sé, la puedo hacer fácilmente de 10 años más si quiero. La obra, en cuanto a la edad, en eso, no es una traba y eso está buenísimo, y yo creo que me va dando capas distintas, la disfruto cada vez más, cada vez encuentro algo nuevo también. De repente hay cosas que digo ahí, esta parte antes la redisfrutaba y ahora no tanto entonces le busco otra manera y encararla de otra forma, a ver si ahí me funciona mejor y cada vez que lo encuentro está buenísimo.

—Estamos hablando de Paraguay, que va a estar este fin de semana, pero vos haces muchas cosas a la vez, has dirigido, has escrito, has actuado, ¿hay alguno de los roles con los que vos te sentís más cómoda?

—Creo que donde más cómoda me siento es en la escritura, definitivamente, es como algo que siento que tiene mucho que ver conmigo y donde sí estoy más cómoda. Después me ha pasado esto, como que actuar por supuesto me divierte muchísimo, creo que soy un poco más selectiva, capaz, con los proyectos. Tampoco es que me llamen de todos lados, pero decido, porque no siempre cualquier cosa me divierte actuar, soy más vergonzosa y me cuesta un poco más confiar en el director. Y hay por supuesto algunas personas en las que confío, como las chicas o María Alché, por ejemplo, hay ciertas directoras que me entrego. Pero es un proceso que me cuesta más. Con la escritura soy como pez en el agua. Estoy feliz y me encanta y después ha variado según los proyectos y me ha pasado esto, por ejemplo, escribí un guion y de repente era como bueno, lo quiero dirigir yo, porque también sabía viste cómo llevar eso a cabo. Pero no sé, si es que digo, ay, me siento directora de cine y entonces dame cualquier cosa que yo la dirijo, no, en eso no me siento tan cómoda. Pero sí me pasa que con materiales propios o con una herramienta, una historia, que yo sé cómo quiero que sea. Porque soy muy controladora, como que quiero abarcar todo y controlar todos los aspectos. Hoy no suelto nada, de hecho, en Paraguay la verdad que también estamos todos involucrados, están las directoras, pero estamos como todos muy presentes.

—¿Cómo estás viviendo el momento actual donde estás con el éxito de Paraguay, pero a la cultura se la crítica y ataca tanto?

—Es muy difícil, la verdad, a mí me parece muy triste lo que está pasando con la cultura y con esta discusión que están queriendo plantear ahora. Porque me parece que, por supuesto, es una discusión que no va a ningún lado en el sentido de que no es realmente lo que se está discutiendo, el presupuesto. Me parece que al gobierno no le mueve la aguja lo que se destina a la cultura, hoy es, no sé, menos del 1%. No es que por poner menos en cultura va a haber gente que coma, creo que lo que se está atacando es otra cosa, y es como una postura muy de que el arte les parece una boludez, y eso me parece muy triste. Porque primero, creo que no es una boludez, y segundo, la gente no vive solamente de pan y de comida, porque creo que la vida se llena mucho más cuando hay arte, entretenimiento, cosas de otro estilo. Y me parece que también hace a la identidad de un pueblo, a la formación de la gente, a construir una mirada crítica. La cultura es mucho más que un bien, que una mercancía, también esto, insertarnos en el mundo. Me parece que estaría bueno que lo vean y que se regule de alguna manera y que se apoye porque es muy importante el trabajo de todos los artistas y después el teatro también me parece que está sufriendo. O sea, si bien yo tengo la suerte de estar haciendo Paraguay, que es una obra que viene hace mucho tiempo, hay un montón de obras y de teatros que capaz no tienen para bancar las facturas de luz, que les están llegando. Y más en espacios culturales y teatros hermosos chiquitos que estaría bueno que sigan estando y que se puedan sostener en este momento. Porque de ahí salen también las obras como Paraguay, que ahora está en la Calle Corrientes, pero que hizo su recorrido. Igual creo que la cultura y la contracultura siempre están, pero me parece que está bueno que se los reconozca y que se les dé un lugar.

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