“Le tomé el gustito al mundo delincuencial”

Así lo aseguró Luis Ortega, quien ya produjo Historia de un clan y ahora recreará los crímenes de Carlos Robledo Puch. La película contará con la participación de Peter Lanzani, Chino Darín, Mercedes Morán, Daniel Fanego y Cecilia Roth

Después del éxito de Historia de un clan, la serie basada en los crímenes de la familia Puccio que produjo de la mano de Telefe, Luis Ortega se embarcó en una nueva empresa dentro del mundo de la delincuencia. Hace algún tiempo se había anunciado un casting para buscar al actor que encarnaría al asesino serial Carlos Eduardo Robledo Puch y, tras encontrarlo, comenzó la etapa de rodaje de la película, que promete convertirse en otra gran obra de Ortega.

La producción contará con los aportes de Matías Mosteirín, de K&S y Sebastián Ortega, de Underground. También participará de la misma Axel Kuschevatzky, de Telefe. “La verdad es que le tomé el gustito al mundo delincuencial”, afirmó Luis Ortega.

Esta semana se presentó la película que relatará la vida criminal de Robledo Puch, quien en su juventud asesinó a once personas, además de cometer dos secuestros y dos violaciones, por lo que ya lleva 45 años preso. En el evento estuvo presente todo el elenco, a excepción de su protagonista, Lorenzo Ferro, hijo del actor Rafael Ferro, ya que “estamos preservando su imagen”, contó Ortega sobre el joven que encarnará a Puch. Diario Hoy participó de lo que fue un entretenido panel, compuesto por los productores y sus estrellas: Peter Lanzani, Cecilia Roth, Mercedes Morán, Chino Darín y Daniel Fanego.

—Luis, ¿qué significa para vos esta película?

Luis Ortega:—Es un sueño cumplido poder presentar este proyecto con este equipo. Quiero agradecerles a los productores y a los distribuidores, en este caso, Fox. Siempre quise hacer una película que se iniciara con esa presentación (risas). Nuestro protagonista no vino porque era muy importante poner una cara nueva, que realmente generara el misterio que necesitábamos. Vinieron casi mil personas al casting y quedó el primero que vimos. Eso fue muy contundente para nosotros.  

—¿Por qué elegiste a Robledo Puch? 

L.O.:—Leí El ángel negro, de Rodolfo Palacios, y me pareció muy impactante. Cuando los libros son muy buenos es mejor no pretender hacer nada con ellos. Pero el proyecto surgió solo, no lo buscamos. La verdad es que le tomé el gustito al mundo delincuencial, creo que es muy rico para hablar de las mismas cosas, pero quizá de una forma más directa. De alguna manera, esta historia es una inspiración, más que una recreación de los hechos. Hay algo que se quiere contar, que es más grande que la anécdota. El mundo delincuencial te habilita a hablar de cosas que son muy complejas, muy profundas y te las deja servida. Gracias a Palacios, que trajo la historia y la puso en papel, empezamos con este proyecto. 

—En ese sentido, ¿qué parte de esa historia decidieron desarrollar en el filme?

L.O.:—Me gustan las películas con personajes, profundizo en ese punto. Lo que atraviesa todo el filme es básicamente una historia de amor con relación a la amistad, en una edad en que la entrega es muy profunda. Esto ocurre entre Carlitos (Ferro), Ramón (Darín) y Mike 

(Lanzani). Hay un enamoramiento profundo, que trasciende lo erótico. Ellos se encuentran, están muy solos, andan en lo mismo y se inicia una relación muy fuerte. Las familias están presentes y el personaje principal ve que el mundo es una puesta en escena y descree de eso. Es un problema que se convierte en una patología, y parte de una percepción aguda de la realidad. Es un joven de 17 años y comete gravísimos errores, quiere saber algo que nunca sabrá y todo eso arma el mundo que lo llevará a cometer estos crímenes. Quiere ayudar a la familia de su amigo, por todo lo que descubrió gracias a ella. Cree que lo están filmando y todo el tiempo actúa para un otro. Si bien es una película que aparenta ser oscura, para mí tira luz sobre las escenas.  

—En las pruebas que hizo la Policía en su momento, los resultados dijeron que estos chicos provenían de hogares “normales”… 

Cecilia Roth:—Mi pregunta es: ¿Qué sería tener una familia normal? Porque yo no creo tener la respuesta. Pienso que florecen distintos tipos de frutos en cada una y que son situaciones provocadas por un entorno favorecedor, y esto es lo que sucede.

Mercedes Morán:—Hay un tipo de funcionalidad o disfuncionalidad que sucede en cada grupo familiar. En el filme somos dos familias claramente opuestas, pero nuestros hijos son muy amigos, así que funcionan como emergentes. Nosotros no tenemos nada en común.

—Cecilia, primero en El clan y ahora estás interpretando a la mamá de otro personaje muy particular…

C.R.:—Uno se acerca al guión, que es tan potente, que tiene una estructura interesante donde todos los roles están desarrollados y enraizados en su esencia. Hemos ensayado bastante y todos nos conocemos desde hace años. No hay que pensar que se está haciendo una película de criminales, porque se basa en seres humanos, con sus esencias, con encuentros de lo mejor y lo más oscuro de cada uno.  

—Luis, ¿pudiste tener algún vínculo con Carlos Eduardo? 

L.O.:—Tiene la dirección de mi casa (risas). No tuve ningún vínculo con él. Creo que un muchacho que hizo eso a esa edad, y que lleva 45 años preso, ya no es el que era.

“El grado de sensualidad que tiene la propuesta es alucinante”

El apellido Ortega se ha vuelto un sinónimo de producciones inmensas que, por lo general, vienen asociadas a una cuota considerable de éxito. En esta oportunidad, el nuevo proyecto dirigido por Luis Ortega contará con una producción compartida entre Telefe, Underground y K&S, que apuntan todos sus cañones a la ficción sobre la vida de Robledo Puch. Comercialmente, ya tuvieron el primer guiño sobre cómo será la promoción del filme: el hecho de no mostrar en público a su protagonista no es nada inocente. Para colmo, si se mira el póster de la película, el parecido es sorprendente. “Sucede como cuando ves a alguien y te enamorás. Cada vez que escribía, él venía a mi mente”, afirmó Luis Ortega con relación a Lorenzo Ferro, quien encarnará nada más y nada menos que al “ángel”.

Por supuesto, también será clave el trabajo que aporten las tres empresas encargadas de la producción. “Axel (Kuschevatzky) actuó como un mediador”, afirmó Matías Mosteirín. En este sentido, contó que “cada proyecto es un salto al vacío y la confianza se construye”, pero fue muy contundente respecto de las expectativas sobre esta nueva película: “El grado de sensualidad que tiene la propuesta es alucinante”.

Más allá de basarse en una historia real, Luis Ortega se encargó de aclarar que “de alguna manera, esta historia es una inspiración, más que una recreación de los hechos”. 

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