Entre el arte y la realidad aumentada

Un artista platense fusiona en sus obras lo tangible y lo virtual. La inspiración y la tecnología se dan cita en nuevas formas de expresión sobre temas tan distintos como el tango o la Biología

En 1984, apenas llegadas las primeras computadoras domésticas a la Argentina, Emiliano Causa empezó a investigar el mundo de la informática. Tenía 14 años y, en una época en la que la programación era “chino básico”, él se divertía diseñando videojuegos. Hoy, con 46 años, las instalaciones interactivas que realiza ya fueron vistas e intervenidas por más de un millón y medio de personas en todo el planeta. Son obras en las que se mezcla lo tangible con lo virtual, donde el espectador tiene una incidencia directa en el devenir de la pieza.

Los ejemplos son muchos y complejos. En su instalación Tango Virus, mientras suena un tango de Piazzolla, el público baila y sus movimientos, captados por una cámara, modifican las melodías originales distorsionando la música.

Así de excéntricos son sus proyectos. “A medida que la gente se mueve, el tango se deforma. Todo surgió desde la idea de que nosotros llevamos el tango en la sangre”, dijo el artista. 

Desde Biopus, un proyecto artístico que creó junto con Matías Romero Costas, Causa investiga, a través de la producción de estos procesos interactivos, la relación entre el público y la obra. Sus ideas suelen surgir de pensamientos poco convencionales: “Me gusta crear situaciones en las que el público lastime a la obra y esta cicatrice por sí misma” explicó.

Con todo esto, pretende que el espectador pueda generar una “huella coreográfica que altere la obra”.

En su muestra Sensible, que actualmente puede verse en Tecnópolis, el público pasa sus manos por una tela elástica en la que “aparecen” plantas de un ecosistema virtual. A todo esto lo acompaña una composición musical única. 

Profesor y padre de familia

Además de artista, Causa es un “animal académico”: es profesor de Tecnología en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, donde dirige un laboratorio multimedial, y titular de informática aplicada en la carrera de diseño Multimedial de la UNA (Universidad Nacional de Arte). También  da clases en la Universidad Tres de Febrero. “Toda mi vida estuve abocado a esto”, contó este hombre que además es padre de dos chicos: “Mis hijos están acostumbrados a vivir en una casa en la que todo el tiempo se están planteando locuras. Ellos convivieron con robots que yo mismo diseñé. Lisandro, a los cuatro años, creía que eso era normal y que sucedía en todas las casas. Ahora, con doce, programa videojuegos”, comentó orgulloso. 

Más allá de Pókemon Go

Entre otras tareas, el realizador también se dedica a proyectos de realidad aumentada, tema tan en boga por estos días a causa de la fiebre del videojuego Pokémon Go. El artista explicó que se trata de “procesos en los que elementos virtuales se integran de forma verosímil a una realidad física”.

En el famoso videojuego pueden observarse personajes ficticios a través de la cámara de nuestros celulares. En las obras de Causa, no hacen falta los teléfonos. 

Osedax, por ejemplo, es una instalación de una escultura inflable de 12 metros, similar a la silueta de una ballena, que tiene “mapeados” animales virtuales. La obra está inspirada en curiosidades del mundo submarino: “Cuando las ballenas mueren van a parar al fondo del lecho marino y sus restos son atacados por unas criaturas llamadas osedax. En esta obra, el público interactúa con la representación de estas criaturas en lo que sería el esqueleto de la ballena”, concluyó. 

Noticias Relacionadas