No apto para cardíacos

En el norte bonaerense, tres distritos desnudan las miserias políticas mientras crece el río Paraná y rige la alarma por sudestada

Escuelas convertidas en centros de evacuados. Redes sociales como catarsis donde una mujer se muestra filmando su propia autoevacuación. Funcionarios con zapatos secos y el rostro que disimula preocupación, otra vez agradecidos por “la ayuda de la gente”. Tres distritos de la segunda sección electoral se arreglan como pueden ante la crecida del río Paraná.

Baradero, lindera a Entre Ríos-la provincia más afectada-, tiene inundados en todos sus barrios: 1600. Sin embargo, es el único municipio en todo el corredor del Paraná que empezó con la construcción de un terraplén que previno un desastre grande. Su zona rural no tuvo problemas pero sí los tuvo en el Puerto, un barrio bajo. Ayer, desde la Prefectura dijeron a Hoy que “el río está estacionado a 4.50” pero están “preocupados porque la sudestada tiene alerta hasta mañana”.

San Pedro, otra zona ruralista por naturaleza, otra vez está de cuclillas frente al cielo. El nuevo director de Obras y Servicios Públicos, Ariel Alvarez, se pregunta ante este diario “cuándo se harán los 1600 km de caminos rurales devastados”, mientras delante de sus ojos ya no están, porque el agua los tapa hace varios días. “18 días de lluvia que no cesa, en dos días cayeron 250 mm, y nos pasa esta inundación cuando se está levantando la cosecha de maíz, soja y batata. No se puede ni entrar a cosechar”. Alvarez es contratista rural, dirige su propia empresa con cinco personas a cargo y destaca que “vivimos de salir a trillar y nos pagan por hacer el trabajo”, se lamenta el funcionario asumido en diciembre, que encontró el Corralón Municipal sin maquinarias.

Desde los pagos sanpedrinos se llega hasta el histórico paraje Vuelta de Obligado, que ya es una localidad más de 2 mil habitantes. El domingo, cuando el agua se mostró más impiadosa, cedió un puente. Ya había sucedido en 2014. La municipalidad lo enmendó, pero se volvió a rajar el mismo día. El pueblo está aislado. Vialidad Provincial accionó evocando los tiempos de la “batalla de 1845”: puso una pasarela de madera para que la gente al menos pase a pie. Como anécdota, los turistas que el fin de semana habían ingresado al complejo de Vuelta de Obligado, salieron pero aún hoy sus coches están en el lugar. “Son obras con mas de 20 años y no fueron planificadas para los caudales de agua que tenemos en la actualidad”, dijo un técnico.