Nueva teoría, tras el origen de la vida

Los primeros mundos potencialmente habitables podrían haberse formado a partir de planetas de carbono consistentes en grafito, carburos y diamante, en torno a una clase escasa de estrellas.

 Según Natalie Mashian, estudiante de la Universidad de Harvard, y autora principal de un estudio al respecto, “las estrellas, incluso con una pequeña fracción del carbono presete en nuestro sistema solar, pueden albergar planetas”. Añadió que “tenemos buenas razones para creer que la vida extraterrestre estará basada en el carbono, como la vida en la Tierra, por lo que este es un buen augurio para la posibilidad de vida en el universo temprano”.

Se cree que el universo primordial consistía principalmente de hidrógeno y helio, y carecía de elementos químicos como el carbono y el oxígeno, elementos necesarios para la vida tal como la conocemos. Sólo después de que las primeras estrellas explotaron como y sembraron la segunda generación, la formación de los planetas y la vida se hacieron posibles.

Los científicos examinaron una especial clase de estrellas viejas conocidas como “pobres en metales de carbono mejoradas”, o estrellas CEMP. Estas estrellas “anémicas” contienen sólo una cien milésima parte del hierro que hay en nuestro Sol, es decir, se formaron antes de que el espacio interestelar quedase sembrado con elementos pesados.

Primeros destellos

 "Estas estrellas son fósiles del joven universo", explican los estudiosos sobre las primeras. “Mediante su estudio, podemos ver cómo se iniciaron los planetas, y posiblemente la vida en el universo”.

  Aunque carece de hierro y demás elementos pesados en comparación con nuestro Sol, las estrellas CEMP tienen más carbono de lo esperado dada su edad. Esta abundancia relativa afectaría a la formación de planetas como granos de polvo de humo ligero que se agrupan para formar mundos de alquitrán negro.

Desde la distancia, los planetas de carbono serían difíciles de distinguir de mundos más similares a la Tierra. Sus tamaños físicos y masas serían similares.

Los astrónomos tendrían que examinar sus atmósferas en busca de su verdadera naturaleza. Gases como el monóxido de carbono y el metano envolverían estos mundos inusuales.

  Los científicos argumentan que una búsqueda específica de planetas alrededor de estrellas CEMP se puede hacer usando la técnica de tránsito, es decir, medirlas cuando pasan frente a un astro. “Se trata de un método práctico para encontrar la manera de planetas pueden haberse formado en el universo infantil", explican.

"Nunca sabremos si existen a menos que nos fijemos", añaden  los estudiosos.