Fndos públicos otorgados a Andrea del Boca

Corrupción K: crece el escándalo de la “pobre tonta”

Avanza la investigación judicial por los fondos públicos otorgados a Andrea del Boca a través del ministerio que conducía Julio de Vido. Diferentes actores desmintieron a la actriz ante la Justicia. El descontrol y las irregularidades en los gastos de un contrato millonario

Tonta, pobre tonta, una soñadora que, a pesar de todo, siempre cree en el amor”, solía cantar Andrea del Boca en la telenovela Zíngara que compartía junto a Pablo Echarri en los 90 por Telefe. Casi veinte años después, muy lejos parece haber quedado el amor para “Andreita”, ya que la actriz se encuentra inmersa en un escándalo por el manejo de más de 36 millones de pesos otorgados por el gobierno K a través de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) para la ejecución del fallido programa Mamá Corazón.

La investigación que lleva adelante el fiscal Federico Delgado busca dilucidar las presuntas irregularidades que se habrían realizado en la transferencia de fondos públicos desde su nacimiento en el Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio de Vido, pasando por la casa de estudios, y terminando en la productora A+A Group SRL, propiedad de la actriz y su padre, el director televisivo, Nicolás del Boca.

La causa, que se encuentra en el juzgado federal, la conduce Sebastián Casanello y fue impulsada por el abogado Ricardo Monner Sans, quien en su escrito afirmó que el dinero público “habría salido del presupuesto del Ministerio de Planificación Federal para ser entregado a la productor, previa firma de un convenio con la Unsam”.

El punto más criticado por el constitucionalista es el uso que se le dio a los medios para hacer propaganda durante la era K, ya que aduce que en el propio contrato se expresa que debe aparecer, ni bien comenzara la tira, la placa con la leyenda “Presidencia de la Nación”, mientras que en el final se debía leer otras, con los nombres del “Ministerio de Planificación” y de la “Secretaría de Comunicación”, en un claro manejo político de la ficción que ayudaba a producir el Estado nacional.

Cifras, en duda

En el marco de la causa, los actores Marcelo Mazzarello, Marcelo de Bellis y Germán Krauss le entregaron al fiscal Delgado sus contratos con la productora A+A Group SRL, en donde figuran los montos reales que percibieron ellos como protagonistas de Mamá Corazón, muy menores a los casi cien mil pesos mensuales que dijo la actriz en un programa televisivo la semana pasada.

El propio Mazzarello aseguró en la Justicia que “figura una plata” a su nombre que no es lo que él cobró: “Hay una diferencia, era un contrato de cuatro meses. No tengo nada que ocultar sobre mis actos y quiero deslindar responsabilidades que puedan pesar sobre mí, ya que mi nombre aparece involucrado en medio de una causa (judicial) con fondos públicos”.

Para Delgado, esto demostraría que la productora, en complicidad con la falta de controles ejercida por el kirchnerismo durante sus años de gestión, desviaron el dinero dado por el Estado nacional para otras actividades que, se sospecha, pudieron hacer frente a diferentes gastos para la campaña del FpV en las elecciones del año pasado.

Vale recordar que el acuerdo, firmado el 22 de julio de 2015, establece un pago en cuatro cuotas por parte de la Unsam de $36.582.468 por 26 capítulos de 48 minutos cada uno de ellos, es decir, 1.407.018 pesos por entrega, aunque los gastos referidos por la misma no se condicen con lo que se efectuó en la realidad.

Como se puede advertir, un contrato para nada claro, que deja en evidencia el turbio manejo realizado desde lo más alto del poder durante la década pasada.

Un contrato cargado de irregularidades

El convenio realizado entre la productora A+A Group SRL, propiedad de Andrea del Boca, con la Universidad de San Martín (Unsam) y el Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio de Vido tiene un sinnúmero de puntos oscuros que la Justicia está tratando de desentrañar.

Una de las cuestiones más turbias tiene que ver con la posibilidad, por parte de la actriz, de poder vender la novela en el exterior sin ningún costo, lo que le ocasionaría a la productora que ella dirige grandes beneficios económicos y un gran perjuicio al Estado nacional, ya que cobraría menos dinero que el debido por su cesión a canales de televisión de otros países.

De acuerdo a lo que dice el contrato, “en caso de que los costos de producción excedan el valor presupuestado, corresponderá exclusivamente a la productora el aporte de los recursos complementarios necesarios”, cosa que en realidad no sucedió, ya que hubo un dinero sobrante que no se usó en la tira y que no habría sido devuelto al Estado por parte de la actriz.

Además, Delgado estaría investigando por qué desde el ministerio de De Vido no se designó a un productor delegado que supervisara tanto los contenidos como la calidad técnica y artística de la tira, tal cual se estipulaba en la cláusula sexta del contrato.

La insólita defensa esgrimida por la actriz

Tratando de salvaguardar su “buen nombre y honor”, Andrea del Boca buscó ayer a través de su abogado patrocinante, Juan del Sel, tratar de desligarse de las irregularidades financieras por las que es investigada por la Justicia.

El letrado de la actriz que protagonizara la telenovela Andrea Celeste en los años de la última dictadura militar no tuvo mejor idea que tratar de detener las versiones en contra de su defendida aludiendo a otros famosos casos de corrupción ocurridos durante la era kirchnerista.

En un fallido intento por calmar las aguas, Del Sel aseveró que “acá no se revolearon bolsos, el dinero siempre estuvo bancarizado. No hay delito, en lo que a nosotros respecta, los otros deberán dar cuenta. La decisión política no nos compete”, en abierta alusión a José López, el exnúmero dos de Julio de Vido que fue atrapado cuando intentaba ocultar nueve millones de dólares en un convento de la localidad bonaerense de General Rodríguez.

Según el letrado, durante todo el tiempo en que existió el convenio, “existió un presupuesto inicial presentado preliminarmente, casi un año antes de cuando efectivamente ingresó el primer dinero. Ese presupuesto eran estimaciones donde se asignaba dinero a distintas áreas, desde lo técnico, sonido, producción, protagónicos y coprotagónicos. Llegado el momento, un año después, se hicieron las cuentas finas y llegaron los gastos actualizados”. 

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