Elecciones 2015: un escenario complejo

EN FOCO

El raid de elecciones que se registró ayer en Capital Federal, Córdoba, La Rioja, La Pampa y Corrientes deja como resultado un escenario extremadamente complejo, donde tanto oficialismo como oposición deberán trazar distintas estrategias ante una serie de dificultades que pueden llegar a ser determinantes cuando llegue la hora de la verdad. Es decir, cuando el conjunto de los argentinos tengan que ir a las urnas para elegir quien será el que conduzca el país hasta el año 2019.

El macrismo ayer festejó el amplio triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en Capital Federal. Pero el resultado no dejó de ser agridulce ya que las bocas de urnas en algún momento habían mostrado que el jefe de gabinete de Mauricio Macri estaba a un paso de ganar en primera vuelta. Finalmente, los resultados oficiales determinaron que deberá ir a balotaje. Es decir, en el pago chico del macrismo, el principal candidato presidencial de la oposición no pudo hacer una demostración de fuerza que sea realmente contundente como para opacar las derrotas que los macristas sufrieron en Córdoba y La Rioja.

En la provincia mediterránea la alianza entre el Pro, el radicalismo y el senador Luis Juez no pudo con el gobernador José Manuel de la Sota, que logró que su candidato Juan Schiaretti se  imponga en la elección. El único en capitalizar ese resultado a nivel nacional es el propio De la Sota, que llegaría un poco más fortalecido a la interna contra Sergio Massa, en las primarias nacionales del 9 de mayo.  

En tanto, el oficialismo ayer se tuvo que conformar solamente con el triunfo obtenido en La Rioja, una de las provincias más feudales del país, donde campea el clientelismo político y cuyas cuentas públicas dependen, casi en un 90%, de los recursos federales que se giran en concepto de coparticipación. Por ende, la principal fuente de empleo en esa provincia es el Estado. Eso no es todo: el triunfo oficialista tuvo un fuerte componente menemista ya que el ex presidente actualmente es senador por esa provincia y ha sido un fiel aliado de los K en las votaciones más polémicas en la Cámara alta.

La presencia de Daniel Scioli en La Rioja tuvo el objetivo de intentar nacionalizar el resultado que, cabe destacar, no pudo tapar la pobre performance K en Capital Federal, donde el camporista Mariano Recalde no pudo ingresar al balotaje y terminó tercero. Lo insólito es que el titular de Aerolíneas Argentinas cosechó menos porcentaje que Daniel Filmus –un eterno perdedor de elecciones- hace dos años, pero anoche sus seguidores montaron una suerte de festejo en el bunker de campaña.

Un resultado aún más pobre obtuvieron los K en Córdoba, donde también quedaron en tercer lugar y en La Pampa donde el peronista anti K Carlos Verna, que viene manifestando una fuerte oposición al gobierno nacional en el Senado, vapuleó en la interna a una lista que contaba con el apoyo explícito de la Casa Rosada.

Lejos de reconocer el mensaje de las urnas, Cristina Kirchner decidió mirar para otro lado, como si fuese la mandataria de un país europeo. De hecho, ayer utilizó su cuenta en twitter solamente para celebrar el triunfo del “No” en Grecia, donde ayer se impuso la opción de rechazar el plan de ajuste propuesto por la Unión Europea y por distintos organismos internacionales para seguir otorgando asistencia financiera (ver más abajo)

Los principales candidatos –Macri y Scioli- no se corren una letra de las líneas discursivas que vienen pronunciado en las últimas semanas, que ponen de manifiesto una suerte de pacto para evitar hablar de los intereses en común que comparten los dos principales espacios que se disputan el poder en la Argentina. Temas como el multimillonario negocio del juego y los negociados con el grupo de empresas que controlan la obra pública a nivel nacional y en la Ciudad de Buenos Aires constituyen lazos que unen  tanto a macristas como kircheristas, que evidentemente prefiere “evitar hablar de ciertas cosas”.

Ese pacto se pudo ver claramente en el proceso electoral de la Capital Federal, donde los candidatos presidenciales buscaron evitar que  Martín Lousteau llegara a segunda vuelta. Ambos fracasaron.  Ahora, cuando resta poco más de un mes para las primarias del 9 de agosto, la atención estará centrada en lo que suceda en la provincia de Buenos Aires. Extrañamente, Macri parece estar empeñado en no querer ser una opción competitiva en el principal bastión oficialista. Así lo demuestra la campaña extremadamente light que viene realizando su candidata María Eugenia Vidal, que es prácticamente una desconocida en territorio bonaerense y sólo se está dedicando a tocar el timbre en algún que otro barrio de clase media del Conurbano.  De ahí las sospechas de que el pacto en cuestión implique cierta ayuda K para que el macrismo no tenga ruidos molestos en la Capital Federal, a cambio de que el PJ no tengan que atravesar grandes sofocones electorales en el Gran Buenos Aires. Una suerte de gatopardismo que implica que, más allá de quien llegue a la presidencia, nada cambie.

CFK insiste con Shakespeare

Más de seis millones de personas participaron de los comicios que se desarrollaron a lo largo del día. El 20% del padrón nacional decidió su futuro. Y la presidente Cristina Fernández de Kirchner, en su única aparición de la jornada, sólo mencionó las elecciones en Grecia y recomendó literatura inglesa.

Al igual que otros referentes del oficialismo, la presidente Cristina Fernández de Kirchner solo hizo referencia al referendum de Grecia y no habló sobre el tercer puesto conseguido por Mariano Recalde en la Ciudad de Buenos Aires. Con respecto a las elecciones griegas, la jefa de Estado tuiteó:“Rotunda victoria de la Democracia y la Dignidad. El pueblo griego le ha dicho NO”.

Además, en la serie de tuits publicados por Fernández de Kirchner habló sobre el Mercader de Venecia y recomendó que lean la comedia de William Shakespeare, "Sueño de una noche de verano: No lo leíste? Leelo, vale la pena, te vas a divertir. Es una muy buena comedia. Es Shakespeare”.

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