Ladrones sueltos en Ensenada

Máximo Kirchner y Julio De Vido se pasearon por la vecina ciudad con la idea de “reformar” al peronismo de cara al futuro. La creciente soledad política del kirchnerismo. El turbio pasado de dos de los personajes más denostados por la sociedad

Una de las características esenciales que tuvo el kirchnerismo a lo largo de la mal llamada década ganada, es la mancomunión que hubo entre el poder central que encarnaba Cristina Kirchner, con los gobernadores e intendentes en base al poder de la chequera.

Esto llevó a que en el día de ayer en la localidad de Ensenada, el intendente K Mario Secco, recibiera a dos de los máximos exponentes del saqueo y desfalco cometido al Estado nacional, como lo son Máximo Kirchner y el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Con la excusa de “plantar bandera” y “contener” a quienes están desilusionados con el rumbo que ha tomado el espacio desde la llegada de Mauricio Macri al poder y amenazan con una mayor fragmentación del Frente para la Victoria, De Vido y el primogénito de la familia Kirchner llevaron adelante una reunión con referentes del PJ.

Entre los presentes se encontraban los intendentes Juan Patricio Mussi (Berazategui),  Francisco Durañona (Areco), Alfredo Fisher (Laprida), el anibalista Juan Carlos Gasparini (Roque Pérez), Gustavo Coconi (Tapalqué), Oscar Ostoich (Capitán Sarmiento), Pablo Zurro (Pehuajó) y  Osvaldo Cáffaro (Zárate), así como también el líder camporista y diputado nacional Andrés “Cuervo” Larroque.

Su pasado los condena

Máximo Kirchner cuenta en su currículum el haber formado al amparo de los billetes del poder, una agrupación de militantes rentados como La Cámpora, que bajo el gobierno de Cristina Kirchner se encargó de tomar posiciones en diferentes ámbitos del Estado nacional, convirtiéndose en ñoquis sin ninguna clase de experiencia para ocupar los espacios que ocupaban.

Además, quien aspira a continuar la dinastía Kirchner en la política nacional, está involucrado en la causa Hotesur, en donde tanto él como su hermana Florencia, su madre y su prima Romina Mercado, así como sus socios Osvaldo San Felice y Carlos Sancho, son investigados por el posible delito de lavado de dinero y activos y que los tiene a maltraer ante el juez federal Claudio Bonadio.

Por su parte, Julio De Vido es el personaje de los gobiernos kirchneristas que mayor cantidad de causas tiene abiertas en la Justicia por hechos de corrupción acaecidos en la década pasada. De allí que haya estado investigado por supuesto enriquecimiento ilícito, por el manejo discrecional de  los subsidios al sector energético, transporte y la compra de combustibles, adjudicaciones digitadas y por la falta de controles ejercidos desde el Estado.

Aunque sin dudas que lo que más dolores de cabeza le trae a De Vido por las diferentes causas abiertas en la Justicia, son los gigantescos sobreprecios en la obra pública, en donde benefició a un grupo de amigos del poder kirchnerista, que se vio favorecido con grandes obras por miles de millones de pesos sin que la mayoría de las obras hayan sido concluidas.

En su triste y lamentable paso por el Ministerio de Planificación, la Argentina perdió la soberanía energética, dejando de ser exportador de petróleo, gas y energía eléctrica, para pasar a ser un país importador, demostrando la falta de visión estratégica que caracterizó a su gestión.

Uno de los pedidos de la sociedad en las elecciones que catapultaron a Mauricio Macri a la presidencia, fue que todos los responsables y ladrones de la corrupción K se sentaran en el banquillo de los acusados. Por el momento,  esta promesa que llevó a Cambiemos a la Casa Rosada, brilla por su ausencia en su resolución.

Endeblez dialéctica

En el marco de la reunión realizada en Ensenada para tratar de unir a toda la tropa kirchnerista detrás de los pensamientos de la expresidenta, uno de los datos que más resaltó, fue la falta de mensaje político por parte de Julio De Vido y Máximo Kirchner para contener futuras fugas del espacio.

Ya sin el poder de la billetera del Estado nacional ni la posibilidad de repartir obra pública a mansalva para calmar las aguas, el kirchnerismo ve como hora tras hora queda cada vez más solo al interior del Partido Justicialista.

Con la presentación del anfitrión, Mario Secco, los discursos dados por los referentes K, cayeron en constantes clichés y en una profunda desmemoria sobre lo hecho por ellos en 12 años consecutivos en el poder. La ceguera para ver más allá de lo que ocurre delante de sus narices, los lleva a alejarse cada vez más de la sociedad y a rodearse de un minúsculo núcleo duro de dirigentes, sin capacidad de inserción en la población.