Radiografía de los negocios de los Grondona en Puerto Madero

Los intereses inmobiliarios del fallecido ex presidente de la AFA en el coqueto barrio porteño, deja al desnudo una enorme complicidad política por parte del gobierno kirchnerista. Las empresas y los nombres que causan preocupación en la administración nacional

El escándalo por corrupción en la FIFA, donde se está investigando si el ex mandamás de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), Julio Humberto Grondona, recibió coimas por más de 15 millones de dólares, y por la que ya se encuentran detenidos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, no deja de tener correlato en la realidad política nacional.

A lo largo de su reinado de 35 años al frente de la AFA, el oriundo de Sarandí supo orquestar un poder mayúsculo que depositaba en su persona la autoridad última a la hora de efectuar negocios. Eso pudo verse en una red de empresas que tuvo como correlato la injerencia en la construcción de diversos proyectos inmobiliarios en Puerto Madero.

Un caso paradigmático ha sido cómo Grondona a través de empresas suyas o ligadas directamente a él, se inmiscuyó en el negocio inmobiliario en una de las zonas más vips y exclusivas de la Capital Federal, como lo es Puerto Madero. Su vista al río, su cercanía con el microcentro porteño y las múltiples entradas y salidas al mismo, convirtieron a este espacio en el lugar soñado para la clase política gobernante.

Intereses inmobiliarios

Como vecino de la ciudad de Avellaneda, Grondona adquirió influencia sobre la familia Fernández Prieto, y junto a los miembros Jorge y Alberto, creó en el año 1997 la constructora Conenar, donde en la parte societaria de la misma, aparecen su hijo Julio (actual presidente de Arsenal de Sarandí), su yerno Genaro Aversa y quien era su contador personal, Claudio Espósito.

A través de los hermanos Fernández Prieto, Grondona llegó como nunca al poder político, más que nada por la relación que estos tenían con Julio De Vido. Por medio del funcionario K, se fortaleció una relación con Ricardo Jaime, Enrique Albistur, Ginés González García y los ex jefes de gabinete, Alberto y Aníbal Fernández, logrando de esta manera enormes concesiones para el accionar de sus negocios.

Por medio de Conenar, se implementaron infinidad de emprendimientos inmobiliarios, como las Terrazas del Dique, el segundo edificio de la zona, que contiene un complejo que se divide en 4 edificios que contiene un anillo perimetral con un pulmón de manzana común, al que se dotó de un gran parque de 1.800 metros cuadrados, en lo que significó un negocio de decenas de millones de dólares para esta sociedad.

Otro lucro gigantesco vino con la edificación del complejo Terrazas de Puerto Madero, que cuenta con 377 departamentos, distribuidos alrededor de un gran jardín central. Conenar también construyó el exclusivo Terrazas del Yacht, con vista al dique y acceso al Yacht Club de Puerto Madero. En este último edificio, vivía el ex hombre fuerte de la AFA cuando lo sorprendió la muerte.

También estuvieron presentes en la cimentación del edificio River View donde uno de los departamentos más chicos cuesta no menos de medio millón de dólares. Fueron además quienes llevaron adelante los proyectos Bayres Dock y Torres del Yatch, donde participó activamente el ex presidente de Independiente, Julio Comparada, que en su momento tuvo una gran relación con Grondona, aunque poco después se enemistaron.

Esta sociedad tomó gran impulso, lo que llevó a que la familia Fernández Prieto se diversificara, y que uno de sus miembros, Rodrigo, forjara su propio camino como constructor (es titular de la inmobiliaria Intellegent de Puerto Madero), haciéndose de grandes emprendimientos y contando como socio a un habitué del poder K, como lo es el banquero Jorge Brito, con quien realizó un enorme complejo en el Dique 1 del exclusivo barrio porteño, llamado Zen City, que demandó una inversión de 150 millones de dólares.

La sociedad de Brito con uno de los hijos de los Fernández Prieto, también se apoderó de la manzana frente al top Madero Harbour, donde realizaron un costosísimo emprendimiento inmobiliario, en una pulseada que le ganaron al empresario Alan Faena.

Una red con muchos nombres

A los ya conocidos Fernández Prieto y Brito, el poder de Grondona era tan grande, que lo llevó a efectuar negocios con otros dirigentes del fútbol argentino a los cuales los tenía amordazados dándoles poder económico y político.

Entre ellos se destacan los nombres de Julio Comparada, del fallecido Pedro Pompilio, de Alejandro Marón y el de su propio hijo Julito, quienes hicieron cuantiosos negocios millonarios con el ex titular de la AFA.

Pero también hubo lugar para efectuar negociados con amigos personales, como es el caso de la empresa ISL, que se encargó de los derechos de televisación y del merchandising de la Selección nacional, dirigida por Rogelio Riganti, y que durante años le había vendido insumos a la ferretería que Grondona tenía en la localidad de Sarandí.

La empresa ISL luego cambió el nombre por el de Puntogol, donde uno de sus directores llegó a ser uno de los economistas de cabecera del Frente Renovador, Martín Redrado. Después esta firma fue absorbida por Santa Mónica, que maneja los millonarios contratos de publicidad que tiene la AFA y que quedó involucrada en medio del escándalo de corrupción de la FIFA a través del ex CEO de Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco.

Una muerte inesperada

En agosto de 2002, uno de los amigos de Grondona y fundador de la empresa Conenar, Jorge Fernández Prieto (hermano de Alberto, que también integraba Conenar), que entonces era vicepresidente de la Unión Industrial bonaerense, fue asesinado a balazos cuando se prestaba a ingresar en su domicilio en la localidad de Avellaneda.
Nunca se pudo saber con precisión si la muerte fue un ajuste de cuentas o un hecho más de la inseguridad imperante en el país. Jorge Fernández Prieto tenía 44 años y era padre de tres hijos.

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