Todo sigue igual de mal

Pese a que es incompatible con el código de ética, varios funcionarios de la AFIP sigue al frente de empresas fantasmas. Las cortinas de humo de Echegaray

Luego de las distintas investigaciones realizadas por el diario Hoy, que mostraban cómo distintos funcionarios de la AFIP habían conformado empresas fantasmas, con domicilios falsos, el titular del organismo recaudador intentó apaciguar las críticas. Y por eso firmó una resolución  incorporando al Código de Ética de esa administración federal un artículo que define como incompatible "la participación del personal de la AFIP en sociedades comerciales".

La decisión establece un lapso de un año para que los empleados que tengan empresas se adecuen a la norma. Es decir, todos los funcionarios que eran parte de sociedades comerciales tenían que desprenderse de esas empresas. Desde un principio, la movida fue una cortina de humo ya que el plazo de un año coincide con el vencimiento del mandato gubernamental. Es decir, cuando el 10 de diciembre asuma un nuevo gobierno, y probablemente haya una nueva conducción en la AFIP, muchos de estos funcionarios –en caso de no ir presos- se dedicarán a la actividad privada y podrán continuar con sus sospechosas empresas sin inconvenientes.

Pasaron 9 meses de la firma de esa resolución, y como era de prever, todo sigue igual o peor. Por ejemplo, Sergio Raúl Vargas ni Guillermo Jorge Fabián Cabezas Fernández, que se desempeñan como principal asesor jurídico de Echegaray y como subdirector general de Sistemas y Comunicaciones respectivamente, aún no se habrían desprendido de la firma Aonikenk SA, con domicilio falso ubicado en calle Basabilvaso 287 – Piso C de la ciudad capital de Neuquén. Esta firma, supuestamente, fue creada para administrar, comprar y vender establecimientos turísticos y hoteleros. Es el mismo rubro comercial al que se dedican los integrantes de la familia presidencial sospechados de estar lavando dinero en El Calafate.

Tampoco se habría desprendido de sus empresas fantasmas el operador político de Echegaray, Julio César Nieto, quien fue candidato a concejal del kirchnerismo en Quilmes en las elecciones de 2013 y amagó con presentarse en la Paso de este año como precandidato a jefe comunal. Pero como los números en las encuestas no le daban, terminó apoyando a Daniel Gurzi, que responde a Aníbal Fernández y cayó derrotado frente al Francisco “Barba” Gutiérrez en las internas del 9 de agosto.

Recordemos que Nieto aparece vinculado a las firmas Verbundene Familie SA y Gut Morgen SA, con domicilio falso en calle Lafuente 873 del barrio porteño de Flores, donde vive una jubilada que no sabe quién es Nieto ni ha sentido hablar de las empresas antes mencionadas.

En tanto, Jorge Gustavo Arce, que es funcionario de la AFIP y fue compañero de Nieto en la lista de concejales en el año 2013, estaba vinculado con una constructora fantasmas llamada Conarsa del Sur, que había fijado domicilio falso en un edificio que había sido propiedad de la familia Elaskar (vinculados con Lázaro Báez y la ruta del dinero K), recién se desvinculó de la empresa en abril de este año. Y lo mismo hizo su socio José Mario Sacchi, conocido en Quilmes como dueño de un corralón de materiales. En su reemplazo, asumieron en el directorio de la empresa Laura Lorena Muzzioli, que sería pareja del funcionario de la AFIP, y Angela Arce, otra familiar del funcionario. La firma en cuestión se dedica a la “construcción, reforma y reparación de edificios residenciales”. En definitiva, todo quedó en familia. Recordemos que Arce se desempeñaba como jefe de la División de Fiscalización Nº 1 de la regional platense de la AFIP, lugar desde donde instrumentó distintos aprietes al diario Hoy con el objetivo de silenciar las investigaciones.  

Algo similar ocurre con Guillermo Michel quien en la última década conformó decenas sociedades comerciales, algunas de las cuales actualmente se encuentran a cargo de familiares directos como su padre Arturo y su hermana Ianina.

Otros que seguiría con sus actividades como si nada hubiese pasado es Andrés Edgardo Vázquez, quien fue responsable de la regional sur de la AFIP. Vázquez está sindicado de tener vínculos con la ex SIDE y conformó empresas con personajes a los que, supuestamente, debería controlar. Tal es el caso de la firma Más Más SA, con domicilio falso  en un edificio Puerto Madero, en sociedad con Genaro Contartese (uno de los condenado por recibir coimas en el affaire IBM-Banco Nación) y los hermanos Stefano y Francisco Mascardi. Se trata de los hijos del representante de futbolistas Gustavo Mascardi que, en reiteradas oportunidades, por acusado por evasión impositiva.

En varias ocasiones, se difundió de que Vázquez, sobre quien pesa denuncias por enriquecimiento ilícito (hace cinco años se descubrió que tenía dos cuentas no declaradas por casi medio millón de dólares en El Caribe y Europa), había sido desplazados de la AFIP. Pero, según los registros de la Anses, sigue desempeñando funciones en el organismo recaudador.
Ladrones reciclados

Tal como lo viene informando Hoy, uno de los mayores escándalos de corrupción registrados en la era K son los oscuros manejos que se produjeron en la Oficina de Control Comercial Agroalimentario (Oncca), un organismo que había sido creado en 1996 y que estaba a cargo de la distribución de compensaciones económicas a productores agropecuarios y empresas de alimentos.

Fue tal el robo y el despilfarro de recursos que el gobierno nacional se vio obligado, en el año 2011, a disponer la disolución de la ONCCA y sus funciones pasaron a ser desempeñadas por la llamada "Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno". Pero gracias a la impunidad que existe en la Argentina, casi todos los implicados en las maniobras sigue cumpliendo funciones en el Estado. Según un relevamiento del diario Hoy, la mayoría actualmente se desempeña en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). 

El principal responsable de los escándalos de la ONCCA fue Ricardo Echegaray, quien estuvo al frente de esa oficina hasta el año 2009, cuando asumió como titular de la AFIP y dejó en esa oficina a un delfín suyo llamado Emilio Roberto Eyras, quien estuvo a cargo de la oficina de control comercial y nunca dejó de reportarle políticamente. De hecho, este año, Eyras fue designado como Jefe Interino del Departamento Riesgos, Planificación y Control de la Subdirección

General de Auditoría Interna de la AFIP

Otro de los funcionarios reciclados es Luis Capellano actualmente es secretario de Ingresos públicos de la Nación, un cargo que forma parte del Ministerio de Economía pero que está estrechamente relacionado con la AFIP. De hecho, antes de cumplir está función, Capellano se de-sempeñó como ex subsecretario de Planificación del organismo recaudador. Cuando estuvo en la AFIP, quedó involucrado en maniobras oscuras con el manejo de la millonaria pauta publicitaria que tiene asignada el organismo recaudado.

Capellano también tuvo un paso por la ONCCA, donde fue Jefe de la Oficina de Chacabuco. Allí productores rurales lo denunciaron por haber montado una estructura paralela que funcionaba en su estudio y desde donde se gestionaban pagos de subsidios, quedándose con importantes comisiones que oscilaban entre el 10 y el 15 por ciento.

Capellano desembarcó en la AFIP y posteriormente en el Ministerio de Economía de la mano de su socio y amigo Pablo Aguilera, otro ex funcionario de la ONCCA que actualmente cumple funciones en el organismo recaudador: es nada más y nada menos que Subdirector de Legal y Técnica de la Dirección General Impositiva (DGI). Aguilera y Capellano habrían compartido el negocio del cobro de comisiones por el pago de subsidios a feet lots, tarea de la que se habría servido de hasta vehículos oficiales.

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