Un abrazo de oso

EN FOCO

"Sí caigo yo, caen todos”, parece ser el razonamiento que inspira por estas horas a la presidenta Cristina Fernández que antes de partir a China hoy se mostrará con 17 gobernadores en la Casa Rosada, justo en el momento más álgido y candente de la crisis institucional y política que generó la muerte del fiscal Alberto Nisman. La mandataria se prepara para darle un abrazo de oso a los mandatarias provinciales.

La excusa del encuentro de hoy es la firma de una nueva reprogramación de los vencimientos de deuda por $ 7.645 millones que acumulan 17 provincias. Se trata de algo meramente protocolar, que se viene instrumentando desde hace tiempo y que, en rigor, no justifica que se tengan que hacer una puesta en escena, cuando la sociedad en su conjunto tiene la mirada puesta en la necesidad de que se esclarezca qué fue lo que ocurrió con un fiscal de la Nación que apareció muerto pocos días después de haber denunciado a Cristina por encubrir a los autores materiales del atentado a la AMIA.

La mitad de esa deuda refinanciada y reprogramada es de Buenos Aires lo que podría explicar, en parte, el grado de sumisión del gobernador Daniel Scioli que, luego de haber hecho trascender su malestar por el documento del PJ dado a conocer la semana pasada, en las últimas horas volvió sobre sus pasos y se alineó totalmente detrás de la burdas teorías conspirativas elaboradas por Cristina tras la muerte de Nisman.  

La foto, que se difundirá hoy, ya le está generando escozor a los gobernadores que, en su gran mayoría, se encuentran sensiblemente preocupados por su futuro político. Ya sean los que buscan la reelección, como aquellos que quieren preservar su feudo y aspiran a algún cargo nacional después de diciembre, entienden que el kirchnerismo ya huele a cala. Y pese a que ellos han sido co-responsables del penoso estado de situación en que se encuentra la Argentina, nadie come vidrio. Y menos en el Justicialismo, un espacio político que se caracteriza, cuando sus referentes están en la debacle política, por acompañar solamente hasta la puerta del cementerio.

El malestar que parece tener los gobernadores en su fuero íntimo tiene su razón de ser. El encuentro de hoy se producirá en el peor momento para el oficialismo, que quedó muy mal parado por las declaraciones realizadas ayer por la fiscal Fein quien, con pocas palabras, demostró que una parte sustancial de los argumentos de Cristina –como es el supuesto regreso anticipado del fiscal a la Argentina, en momentos en que estaba de vacaciones - no tienen el más mínimo asidero (ver La fiscal desmoronó el relato K). Es decir, la presidenta mintió deliberadamente o compró información no debidamente chequeda. Para el caso es lo mismo ya que lo que se está acreditando es que el kirchnerismo se encuentra absolutamente descolocado, sin capacidad de reacción, intentando tejer conjeturas y confabulaciones que no resisten el menor análisis.

Como si todo esto fuera poco, desde la cuenta oficial de la Casa Rosada, que se ha convertido en un vertedero de las opiniones de la militancia rentada, ayer no tuvieron mejor idea que salir a responderle a la fiscal. ¿De qué forma lo hicieron? Recurriendo al periodista chimentero Jorge Rial que, además de dedicarse a entrevistar mujeres ligeras de ropa que se pelean en los teatros de revista de Mar del Plata y de Carlos Paz, el pasado 20 de enero difundió el texto de una charla de Whatsapp que supuestamente mantuvo Nisman con sus amigos. Allí aparece la frase: “tuve que suspender intempestivamente mis vacaciones”. A esta altura, lo del kirchnerismo, es muy poco serio. No por casualidad Rial fue el último periodista que entrevisto a Cristina, en septiembre del año 2013. En aquella nota, que se pudo ver en la TV pública, en intervalos de los partidos del Fútbol para Todos, lo más comprometido que preguntó Rial estuvo referido a las calzas que, por aquel entonces, le gustaba lucir a la primera mandataria.

Ninguno de los cientos de aplaudidores y ñoquis que rodean a la presidenta pudo evitar que, con sus mensajes transmitidos por las redes sociales y por cadena nacional, Cristina cometiera semejante papelón. Por eso cabe preguntarse: ¿si el kirchnerismo ni siquiera puede chequear las fechas de un pasaje de avión, está en condiciones de descubrir qué fue lo que realmente pasó con Nisman?  Se hace cada vez más evidente que la única forma para evitar que se imponga la impunidad es que las autoridades que resultarán electas este año hagan un cambio profundo en las estructuras políticas y económicas que permita combatir el subdesarrollo y desterrar la corrupción estructural.