¿Existe el crimen perfecto?

Luis Olavarría, licenciado en Criminalística, visitó la redacción del diario Hoy para hablar sobre los aciertos y errores en la materia de su especialidad. También se refirió a la causa Nisman, en la que se encuentra trabajando

Si Jack el Destripador operara hoy en día, seguramente ya lo hubieran identificado, gracias a la incorporación de las pruebas de ADN, que contribuyeron a resolver numerosos casos. Sin embargo, en lo que va del año, en la ciudad de La Plata se cometieron 19 homicidios, de los cuales ocho continúan irresueltos, y los familiares de las víctimas siguen reclamando justicia. 

Un ejemplo concreto para ilustrar esta situación es el caso que tuvo lugar el 25 de abril en una quinta de Abasto, emplazada en 512 y 202, donde hubo un muerto y dos heridos durante un robo a mano armada. En ese momento, una familiar de las víctimas había relatado lo sucedido: “Miraba el noticiero en mi pieza cuando escuché un ruido fuerte. Pensé que habían sido los chicos que estaban jugando en la habitación de al lado. Me asomé por la ventana para ver qué sucedía, pero fui sorprendida por un hombre armado que estaba acompañado por otros cinco. Uno de ellos me ordenó tirarme al piso, mientras me exigía que le entregara dinero. Luego, se fugó. Aproveché la distracción de los otros para salir y pedirles ayuda a los vecinos, pero cuando volví a mi casa me encontré con la peor escena”.

En una nueva edición de los Especiales que transmite este medio, Luis Olavarría, licenciado en Criminalística, visitó el piso del estudio del diario Hoy para analizar cuestiones vinculadas a la materia de su especialidad.

—¿Existe el crimen perfecto?

—Es una pregunta que se hacen tanto los criminólogos como los propios implicados.  Los familiares de las víctimas responderán de manera asertiva, pero los expertos en la materia determinarán que en realidad se trata de investigaciones imperfectas. Creo que si uno trabaja de forma metódica y correcta, es probable que consiga establecer la identidad del asesino.

¿Cuándo se presenta una investigación imperfecta?

—Si se presenta un crimen que aún no se logró resolver, pero involucra a un presunto  sospechoso, cuya autoría aún no se pudo demostrar, es porque se trata de un caso inconcluso. Ahora bien, estamos ante una investigación imperfecta cuando el crimen no fue descubierto ni resuelto. A veces, es difícil establecer los perfiles criminales porque el homicida se vale de distintas clases de enmascaramientos para ocultar el asesinato que cometió.

—¿Se puede contaminar la escena?

—El pensamiento es una de las herramientas forenses más importante que existe. Se puede tener el laboratorio más sofisticado, pero de nada sirve si la muestra está mal tomada. Siempre baso mi trabajo en el entrenamiento cotidiano, descarto la improvisación. Desde el hecho ilícito hasta la participación del experto existe un lapso de tiempo en el que se pueden alterar las cosas, sea porque no se encuentren las huellas criminales, no se conserve la escena, no funcionen las cámaras de seguridad, se presenten demoras en los allanamientos o falten pruebas testimoniales. Por estas cuestiones, suelo decir que los expertos llegamos tarde a la escena del crimen.

—¿Qué puede contarnos sobre el curso de la investigación de la causa Nisman?

—Gendarmería Nacional está haciendo un trabajo interpretativo desde el ámbito pericial. Se están analizando minuciosamente detalles informáticos, audiovisuales, entre otros. Por mi parte, considero que tanto la hipótesis de suicidio como la de homicidio son fundamentos jurídicos. Prefiero hablar de un autodisparo y así demostrar cómo es la sangre a través de evidencias forenses y periciales. Mis conclusiones se basan en el estudio analítico de manchas, de proyecciones, de salpicaduras.

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