El equipo no brilló como contra Uruguay, pero le alcanzó para ganar, incluso cuando el rival erró un penal. Lionel Scaloni se merece lo mejor en la parte laboral y personal por el momento que atraviesa.
A diferencia de lo que había mostrado contra Uruguay, en la misma cancha y por las mismas Eliminatorias, la Selección Argentina contra Perú arrancó a full, con la confianza por las nubes, pero se fue desinflando.
Hasta los 42 minutos, momento en el que se produjo el golazo de Lautaro Martínez, luego de que Molina tire ese muy buen centro tras la pared con De Paul.
El equipo tuvo hasta los primeros 30 minutos un ritmo intenso con muy buenas coordinaciones en ataque. Mientras que Perú solo esperaba y no podía salir.
Argentina rondaba el gol, pero el arquero Gallese siempre estaba en el medio entre el deseo y la realidad.
En un tiro libre de Cuevas y una contra de Lapadula, el Dibu Martínez sí trabajó. Después de los 30 minutos la Selección decayó notoriamente. Tanto que Romero (central derecho de Argentina) iba para ser figura de los primeros 45 minutos con sus impecables anticipos.
Pero, como ocurrió con Uruguay, los de Messi ligaron y en su peor momento de este tiempo inicial abrieron el marcador.
En el complemento, Argentina presionó, apretó, pero a 20 metros del área peruana. Y el equipo siguió ligando, ya que se cobró un penal para Perú que no fue, a los 18 minutos, y Yotún lo erró.
Scaloni puso en cancha a Guido Rodríguez y Nicolás González. Salieron Di María y Paredes, muy cansados ambos por el desgaste que proponía el partido.
Ya pasados los 30 minutos de la segunda mitad, comenzó a notarse cada vez más la importancia de Cuti Romero, De Paul y Molina, sumado a un Messi que con arranques de su juventud no permitía que los defensores peruanos se relajen. Al contrario, los exigía al máximo hasta que a uno le agarró un tirón por salir a correrlo e intentar marcarlo.
Apenas cuando faltaban 10 minutos para el final, Argentina se paró. Detuvo su marcha incesante. ¿Que es ligar? Es que todo te salga muy bien y en el momento justo.
No creo en la suerte, ni en dioses, ni en el destino. Pero sí creo en el contagio positivo, en la suma de energías ganadoras, en juntar unidad de esfuerzos, y eso sí o sí te hace ligar. En el fútbol y en la vida.
Daniel “Profe” Córdoba, extécnico de Estudiantes que trajo a Scaloni a jugar al Pincha en el año 1997 y que ahora se sumó a darle el apoyo por el momento familiar que atraviesa el DT con un ser querido que no está bien de salud.