Balance de un año triunfal pero cuestionado para Estudiantes
La lupa del Profesor otra vez vuelve a hacer un repaso de lo que fue el 2025 para el Pincha, con matices en el juego que merecen una fuerte crítica.
por daniel "profe" córdobaLa lupa del Profesor otra vez vuelve a hacer un repaso de lo que fue el 2025 para el Pincha, con matices en el juego que merecen una fuerte crítica.
28/12/2025 - 00:00hs
Por Daniel “Profe” Córdoba
Antes que nada y para que no se entienda mal, aclaro que todo este comentario de balance del año que han vivido Gimnasia y Estudiantes no quiere en absoluto quitarle valor a aquello que se logró cuando parecía que el Titanic iba a llegar todavía más al fondo del mar que lo que llegó en la película.
El club que tiene la sede en calle 53 tuvo un año tanto dentro del campo como fuera plagado de irregularidad. Dentro del campo por ahí juega bien 30 minutos, por ahí no jugaba nada, por ahí desaparecía, por ahí tenía tiki tiki, por ahí parecía que carecía de ese espíritu de lucha que caracterizó a los próceres de este club en la década del ‘60.
Fue un año de una irregularidad total dentro del campo de juego a tal punto este que hagamos memoria, hubo dos momentos previo al tercero y último, en donde se dudó de la continuidad del técnico.
Aún conozco muchísima gente que no promulga para nada ni con algunas incorporaciones ni con el juego que despliega el equipo albirrojo, pero bueno, la realidad es que creo que su entrenador recibió como obsequio el celular que usaba su suegro (decían que Bianchi en Boca por la fortuna que tenía poseía el celular de Dios) y aparentemente ya sea por esto, por la suerte, el destino, la casualidad o por el mismo Dios si es que existe alguno, Estudiantes gana y gana copas. Increíble pero real, y a sus seguidores solo les importa festejar.
Uno como técnico, como periodista, como entrenador global de un equipo no puede quedarse nada más que con el beso a la copa. Uno tiene que decir, muchachos en el partido con Vélez que dirigía Gustavo Quinteros fue netamente superado el de La Plata y al ir a penales Matías Mansilla estaba iluminado y ganó en esa definición.
Después vino otro momento de penales que Estudiantes ganó, en donde también Boca lo estaba superando netamente a lo largo de todo el partido pero al señor Lema se le ocurrió levantar la pierna a la altura de la cabeza de Palacios y darle un penal a favor del equipo platense que por el juego no merecía y encima ganarse la tarjeta roja, dejando con uno menos a Boca.
Pero aunque usted no lo crea, no termina lo azaroso favorable al equipo cuatro veces campeón de América. Siguió teniendo y gozando de una gran fortuna, y estamos hablando de la parte netamente de la línea de cal para adentro, porque después podríamos hablar de los desarreglos que se hicieron de la línea de cal para afuera, que fueron varios.
Recordemos que el Pincha estaba jugando con Racing en Avellaneda, partido parejo que Racing mereciendo no iba ganando y en los minutos finales un córner a favor que tranquilamente podía terminar el partido lo maneja mal y termina regalando un balón favorable a Estudiantes ya pasado tiempo reglamentario. Carrillo lo empató y después pasan por penales.
En cualquier campeonato normalmente organizado, si uno pierde siete partidos no solo no sale campeón, sino que no clasifica para Libertadores ni Sudamericana. Es de mitad de tabla para abajo, sin embargo el de blanco y rojo sigue avanzando y llega a eso que realmente no tiene mucho fundamento desde el juego, pero de aquellos factores que influyen en el fútbol y en la vida en sí, como suerte o el destino de Dios, o lo que ustedes quieran pensar.
Por si fuera poco dirían los vendedores en los trenes, tenemos una copa más de esa copa de leche que se ganan jugando un partido solo con turno alicaído Platense que durante 80 minutos lo superó, pero no quiero repetir esos motivos.