El Loco buscará vengarse de Russo en la final de la Copa de la Liga

Los entrenadores de Platense y Rosario Central son viejos conocidos del mundo del fútbol. De la recordada historia donde Palermo terminó cortando el pasto en City Bell, a alcanzar la gloria eterna en Boca. Detalles de una historia con idas y vueltas.

Miguel Ángel Russo y Martín Palermo. Rosario Central y Platense. La experiencia y los primeros pasos. Ambos son los entreandores de la final de la Copa de la Liga Profesional. Dos viejos conocidos, porque mantuvieron la relación entrenador-jugador en Estudiantes y en Boca. Una con un recuerdo no tan grato y otra que se escribe con una Copa Libertadores de por medio. Las vueltas de la vida, y del fútbol, unieron nuevamente sus caminos. Una historia con detalles imperdibles, como solo diario Hoy te la puede contar.

Russo y Palermo son viejos conocidos del mundo de la pelota. De hecho, Miguel fue uno de los primeros entrenadores del Titán en sus inicios en Estudiantes de La Plata. Y lograron el ascenso a Primera en la Temporada 1994/1995, cuando Russo dirigía al Pincha en dupla con Eduardo Luján Manera. En aquella campaña, un joven “Titán” disputó apenas dos partidos, en ambos casos desde el banco, y no convirtió goles. Se sabía que no era del gusto del entrenador, quien tras la vuelta del León a la máxima categoría decidió no tenerlo en cuenta. El propio Profe Córdoba le contó a diario Hoy que el entrenador había mandado al Loco a cortar el pasto junto con el Ruso Ferrín.

Así, Palermo estuvo muy cerca de pasar a San Martín de Tucumán, en la B Nacional, aunque el pase se cayó a último momento por diferencias en la suma del préstamo. El Loco, incluso, llegó a ser anunciado como titular en un partido ante Deportivo Morón, aunque finalmente continuó en el Pincha. El Apertura 1995 no comenzó bien y los malos resultados se llevaron puesto a Russo y Manera. En su reemplazo asumió Daniel Córdoba, quien apostó de lleno por Palermo y lo convirtió en goleador.

Juntos por la gloria eterna

Una década después de aquel frustrado primer vínculo, iba a haber una segunda vez para ambos. Y en un contexto que nada tenía que ver con el de aquel Estudiantes. Claro, la historia ahora se iba a escribir en Boca. Pero en un Boca que venía de perder un insólito campeonato ante el Pincha (2006) con Ricardo La Volpe como director técnico y que estaba presionado por los hinchas para tapar el fracaso de ese torneo con otro título.

En un contexto también, más que diferente para Palermo y Russo. Con un Martín capitán de Boca que, en 10 años, ya había pasado por Europa y tenía construida una enorme figura que lo ponderaba como uno de las grandes estrellas del fútbol argentino y con un Russo que, con experiencia en nueve clubes, llegaba con una espalda suficiente como para hacerse cargo de un Boca urgido por desahogarse.

Y vaya si aquella historia iba a terminar bien para ambos. Russo agarró a Boca en diciembre del 2006 y meses después, con el regreso de Juan Román Riquelme en el medio, se consagró campeón de la Copa Libertadores 2007, la sexta y última hasta el momento del club.

Este año, particularmente, les tocó verse las caras una sola vez, en la Liga Profesional. ¿El resultado? Fue goleada de Rosario Central, que venció por 4-0 a Platense en el Gigante de Arroyito. Ahora, podrá haber revancha para el Titán en la final de la Copa de la Liga.

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